El 17 de diciembre de 1830 falleció el Libertador Simón Bolívar en la Quinta de San Pedro Alejandrino de Santa Marta, despreciado por el poder central y alejado de su amada Manuelita Sáenz, quien iba en camino pero no alcanzó a llegar a tiempo. Este es un recuento de las azarosas circunstancias que padeció en el último año de su vida.
15 de enero:
El Libertador llega a la capital de la República.
1° de marzo:
Bolívar le entrega el poder a Domingo Caicedo, Presidente del Consejo de Gobierno y se retira a Fucha.
27 de abril:
El Congreso Admirable acepta la renuncia irrevocable que del mando hizo el Libertador; ordena la asignación de una pensión vitalicia y decreta que será honrado en toda la República como el primero y mejor ciudadano de Colombia.
8 de mayo:
El Libertador, enfermo y desilusionado sale de Bogotá con dirección a Cartagena, para seguir a Europa.
4 de junio:
Asesinan al General Antonio José de Sucre en Berruecos.
26 de mayo:
Contesta el Libertador la carta de despedida del General Sucre.
1° de julio:
Al pie del Cerro de la Popa, cerca de Cartagena, recibe la noticia de la muerte del General Sucre. «Ha muerto el buen Abel».
1° de agosto:
Los Liberales o Jacobinos. Artículo del Libertador, o inspirado y corregido por él, sobre el asesinato de Sucre.
10 de agosto:
El Congreso en la Ciudad de Riobamba sanciona la separación de Ecuador.
2 al 5 de septiembre:
Pronunciamientos de Bogotá, Cartagena y otras ciudades, pidiendo al Libertador se encargue del gobierno.
5 de septiembre:
El General Rafael Urdaneta es nombrado Jefe de Estado, mientras llega el Libertador llamado por las tropas y gran parte del público.
El 23 de septiembre:
Un Cuerpo Constituyente en la ciudad de Valencia sancionó la Carta de la Nueva República de Venezuela.
25 de septiembre:
En carta desde Cartagena el Libertador expone claramente su decisión de no tomar de nuevo el mando, ni ir a Bogotá.
2 de octubre:
El Libertador llega a Turbaco.
15 de octubre:
A causa de sus males, se detiene en Soledad.
8 de noviembre:
Llega a Barranquilla.
1° de diciembre:
El Libertador llega a Santa Marta. Ese día, a la 7:30 de la noche, es conducido a tierra en una silla de brazos y luego a la habitación que se le había preparado en la ciudad. Desde entonces el médico francés, doctor Alejandro Próspero Reverend, vino a prestarle sus servicios y lo encontró muy flaco y extenuado; el semblante abatido; dominado por una inquietud constante, ronca la voz; la tos profunda; el pulso muy débil; la digestión irregular, y sobre todo agobiado por la pena moral. El médico dio pronóstico fatal que no ocultó a los amigos del enfermo, quienes manifestaron su sentimiento con lágrimas y con el lenguaje rudo del soldado.
6 de diciembre:
En la tarde del 6 se trasladó al Libertador a la Quinta de San Pedro Alejandrino. Fue aquella su última mansión, y en ese estrecho límite se extinguió poco a poco tan agitada existencia. Lo llevó allí la generosa hospitalidad de su amigo, el caballero don Joaquín Mier y Benítez, dueño de la Quinta.
10 de diciembre:
El Obispo de Santa Marta se encarga de hacerle saber su estado de gravedad. El Libertador oye al Obispo con tranquilidad y resignación y enseguida se apresta para el trance final. El mismo día procede a hacer su testamento. Recibe los Santos Sacramentos y dicta su última proclama con frases generosas de perdón, y muy sentida que decía:
«¡Colombianos! Habéis presenciado mis esfuerzos para plantear la libertad donde reinaba antes la tiranía. He trabajado con desinterés abandonando mi fortuna y aun mi tranquilidad. Me separé del mando cuando me persuadí que desconfiabais de mi desprendimiento. Mis enemigos abusaron de vuestra credulidad, y hollaron lo que me es más sagrado: mi reputación y mi amor a la libertad. He sido víctima de mis perseguidores, que me han conducido a la puerta del sepulcro. Yo les perdono. Al desaparecer de en medio de vosotros, mi cariño me dice que debo hacer la manifestación de mis últimos deseos. No aspiro a otra gloria que a la consolidación de Colombia: todos deben trabajar por el bien inestimable de la unión. Los pueblos obedeciendo al actual Gobierno para liberarse de la anarquía: los ministros del santuario dirigiendo sus oraciones al cielo; y los militares empleando sus espadas en defensa de las garantías sociales. ¡Colombianos! Mis últimos votos son por la felicidad de la patria; si mi muerte contribuye para que cesen los partidos y se consolide la unión, yo bajaré tranquilo al sepulcro».
11 de diciembre:
Firma su testamento, elaborado la víspera.
EL día 17 de diciembre de 1830, aniversario de la Ley Fundamental de Angostura, a la 1 de la tarde, 3 minutos y 55 segundos muere el Libertador Simón Bolívar. El médico Reverend refiere en estos términos: «Me senté a la cabecera teniendo en mi mano la del Libertador, quien no hablaba sino de modo confuso. Sus facciones expresaban una completa serenidad; ningún dolor o seña de padecimiento se reflejaba en su noble rostro; cuando advertí que ya la respiración se ponía estertorosa, el pulso, de trémulo casi insensible, y que la muerte era inminente, me asomé a la puerta del aposento y llamando a los generales, edecanes y demás que componían el séquito de Bolívar: «señores, exclamé, si queréis presenciar los últimos momentos del Libertador, ya es tiempo». Inmediatamente después fue rodeado el lecho del ilustre enfermo, y a pocos momentos exhaló su último suspiro».
EL Libertador de cinco naciones, Simón Bolívar había vivido apenas cuarenta y siete años, cuatro meses y veintitrés días.