343 excombatientes asesinados: ¿genocidio a cuentagotas?

Por GERMÁN AYALA OSORIO

Indepaz acaba de registrar el asesinato de José Reinel Cano Medina, firmante del Acuerdo de Paz y miembro de la Cooperativa Multiactiva de Caloto (Cauca). Con la muerte de Cano asciende a 343 ex miembros de las Farc-Ep que se desmovilizaron en el marco del acuerdo de paz de La Habana.

Estamos ante una práctica sistemática de sabotaje al proceso de paz y en particular a la reincorporación de los excombatientes a la vida económica, social y política del país. Detener estos asesinatos es difícil para las autoridades porque se trata de ataques selectivos que, en modalidad sicarial, anulan la posibilidad de una reacción institucional más decidida, pues está en juego y en entre dicho la credibilidad del Estado y su capacidad para responder la vida de personas protegidas como lo son los firmantes de la paz.

Los 343 firmantes del acuerdo de paz le restan seriedad al compromiso que el Estado asumió a partir de la firma del armisticio. Imagino que las autoridades entregarán sus versiones, apoyadas en la ya manida frase: “es que no le podemos poner a cada excombatiente un policía para que lo proteja”. Aunque sea cierta la sentencia, la verdad es que el Estado podría hacer más. Por ejemplo, consolidar en los territorios en los que están concentrados los proyectos productivos y la mayoría de los firmantes de la paz acciones de control de las armas. En los análisis de riesgo se debe contemplar esa variable, pues al parecer, poco o nada se hace para controlar la circulación de armas en departamentos como el del Cauca en donde han ocurrido varios de estos crímenes. ¿Quién las provee? ¿Cuáles son las rutas de circulación? ¿Por qué no pedir ayuda a agencias de los Estados Unidos y de otros países que tienen experiencia en el control de armas?

Los mayores esfuerzos en inteligencia y contrainteligencia deben hacerse en los territorios en los que los firmantes de la paz se están reincorporando a la vida económica y social del país. Estas falencias en la seguridad de los exfarianos restan credibilidad a los procesos de diálogo y negociación que el gobierno de Gustavo Petro está adelantando en el marco de lo que se conoce como la Paz Total. Lo más probable es que los crímenes continúen. Solo diré: 343 y contando.

Creo que el partido Comunes puede hacer más que lamentar la muerte de José Reinel Cano. Porque estamos, quizás, frente a un no genocidio a cuentagotas que nadie parece reconocer.

@germanayalaosor

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