Por DIEGO OTERO PRADA
No se entiende cómo ambos siguen afirmando que la compra de Isa por la empresa estatal fue un gran negocio y que con esta operación Ecopetrol entra en la transición energética.
Estos personajes no saben qué es transición energética… o se hacen los tontos.
Cuando hablamos de transición nos referimos al cambio en la matriz energética de fuentes fósiles como el carbón, el petróleo y el gas natural, a fuentes menos dañinas para el medio ambiente, como las nuevas y renovables que se encuentran en hidroelectricidad, la energía solar, eólica, geotérmica y mareomotriz; y el biogás, pero nunca se habla de los sistemas de transporte eléctrico, por oleoductos o gasoductos.
Ninguna empresa petrolera en el mundo es dueña de un sistema de transmisión de alto voltaje.
Isa trabaja en transmisión eléctrica, telecomunicaciones y construcción de carreteras. Pero se trata de líneas de transmisión de alto voltaje, de 220.000 voltios para arriba. Su papel no es llevar líneas de transmisión a zonas aisladas, para eso están las electrificadoras regionales. Y en esto se avanzó mucho en los últimos 30 años del siglo XX con los planes de electrificación adelantados por las empresas públicas en las décadas de los 70, 80 y 90 del siglo XX. Es muy poco lo que falta por electrificar. Subsisten zonas alejadas a las que es imposible llegar con líneas eléctricas, regiones donde utilizan plantas térmicas con base en diesel oil.
Debido a la ley eléctrica, una empresa nueva no puede realizar sino una etapa del proceso de energía eléctrica. Esto significa que Ecopetrol no es la empresa ideal para dirigir la transición energética, es la empresa dedicada a la generación de fuentes nuevas y renovables. Un eventual gobierno progresista debe echar para atrás esta compra y venderla a la EEB. No tiene sentido que la empresa estatal se endeude cuando debería dedicar sus recursos a la verdadera transición energética.
En síntesis, es irresponsable que Ecopetrol haya comprado a Isa. El presidente de Ecopetrol nos metió en una locura delirante, haciéndoles el juego a los ministros de Hacienda y Minas y Energía y al presidente de la República, tal vez condición para continuar con el cargo.
Se trata en últimas de vender un activo el gobierno nacional para dedicar esos recursos a financiar los gastos de funcionamiento del gobierno central. Estos recursos serían mejor utilizados si se dedicaran a hacer la verdadera transición energética. ¿En cuántos hogares, con estos 14,5 billones de pesos, no se podrían instalar páneles solares, montar plantas de biogás y eólicas en los hogares rurales? Eso sí es transición energética.
Pero, una cosa es el interés particular de Ecopetrol y otra el interés general.
El interés general dice que Isa debe seguir siendo una empresa estatal, que no tiene sentido que la compre Ecopetrol, que era mejor que la hubiera adquirido la EEB, que sí es una empresa de transmisión de energía.
Sorprende que la clase política no se refirió a la venta de ISA, específicamente la oposición, las centrales obreras, los investigadores progresistas y las organizaciones sociales.
@DiegoOteroP