Por HUMBERTO TOBÓN*
La región RAP Eje Cafetero ya cuenta con su plan estratégico regional a 2033. Es una hoja de ruta que propende por lograr mayor autonomía, reducir las brechas sociales, mejorar el bienestar de los ciudadanos, ser líder en competitividad económica y protección ambiental, al igual que un referente nacional de innovación, ciencia y tecnología. Esto será posible mediante la promoción y el impulso de la Economía del Conocimiento, la Sostenibilidad del Territorio y la Equidad, que son los tres Hechos Regionales que se acordaron. Y surge una apuesta superior, acogiendo el mandato constitucional: consolidarse como una Región Entidad Territorial (RET).
El Plan Estratégico Regional fue aprobado por los gobernadores Luis Carlos Velásquez (Caldas), Ricardo Orozco Valero (Tolima), Roberto Jairo Jaramillo (Quindío) y Víctor Manuel Tamayo Vargas (Risaralda), quienes son los miembros del Consejo Directivo de este esquema asociativo, que fue aprobado por el Senado de la República en 2018, pero comenzó su operación administrativa en 2020.
Para cumplir con los objetivos trazados se definieron ocho políticas: Reducción de las inequidades sociales y de la pobreza multidimensional. Fortalecimiento de la investigación científica, la innovación y su aplicación. Posicionamiento del eje cafetero como epicentro de turismo sostenible de clase mundial. Fortalecimiento de la economía rural. Modernización de la infraestructura de transporte y desarrollo logístico para el eje cafetero. Buen gobierno regional y gobernanza. Aumento y mejoramiento de la resiliencia y la prestación de servicios ecosistémicos. Cooperación y concertación regional para el ordenamiento territorial y la conservación del paisaje cultural cafetero.
Concretar los proyectos alrededor de estas políticas requiere el compromiso de los empresarios, los gremios, la academia, la sociedad civil, la dirigencia política y los diferentes niveles del gobierno.
Es evidente que para ascender más escaños en los indicadores de competitividad y productividad nacionales, a nivel regional se debe trabajar en equipo. Cabalgar de manera solitaria representa un alto riesgo de fracaso, dadas las nuevas tendencias de ejecución del presupuesto público y de la cooperación internacional.
Concretar los objetivos del PER a 2033, requiere, además, vencer una serie de obstáculos que el centralismo ha puesto, y que fueron perfectamente comentados y analizados durante el Consejo Directivo y que tienen que ver con la decisión de Planeación Nacional de impedir la posibilidad que las regiones administrativas y de planificación puedan tramitar proyectos de inversión directamente ante el gobierno nacional; y una reglamentación con demasiadas falencias de las leyes de ordenamiento territorial y de regiones, que dificulta la tarea de una regionalización efectiva.
La intervención de la clase política, encabezada por los congresistas y la unión de las ocho RAP existentes en Colombia, es indispensable para poder desarrollar con eficacia el mandato de los artículos 306 y 307 de la Constitución Política sobre Regiones Administrativas y Regiones Entidades Territoriales.
El centralismo es una carga muy pesada y un modelo bastante anacrónico para gestionar el desarrollo que Colombia requiere.
*Subgerente de Planeación Regional de la RAP Eje Cafetero