“Yo al acuerdo de paz no le veo ningún futuro”: Fabián Ramírez

Por        JORGE GÓMEZ PINILLA

              Tomado de El Espectador

Su nombre de civil es Benito Cabrera y en las Farc se le conocía como ‘Fabián Ramírez’, formó parte de la comandancia del Bloque Sur. A cinco años de la firma del acuerdo de paz con el gobierno de Juan Manuel Santos, en entrevista para El Espectador plantea serias divergencias con los miembros del Secretariado que rubricaron su firma en el acuerdo. Ramírez y Andrés París eran reconocidos contradictores de Rodrigo Londoño, alias Timochenko. Por eso fueron expulsados del partido Comunes en junio del año pasado. Pero diferencias tan de fondo, hasta ahora se conocen.

El autor de esta entrevista buscó a Fabián Ramírez para conocer su opinión sobre la autoinculpación que hizo Julián Gallo, alias ‘Carlos Antonio Lozada’, del asesinato de Álvaro Gómez, considerando que se sabía que ambos dentro de las filas de las Farc eran como agua y aceite.

¿Por qué usted fue excluido de Comunes, si hizo parte de la negociación del acuerdo de paz?

Es que yo estaba muy cerca de los que decían que nosotros no teníamos nada que negociar con el Gobierno. Era el Gobierno el que tenía que decirnos qué iba a brindar al proceso de paz. Estábamos interesados en acabar la guerra, no en claudicar.  Yo le pregunté a Pastor Alape: ¿quién nos garantiza que nos amnistíen, si se entregan las armas? Después se olvidan de nosotros. Y Pastor me decía “para que nos den la amnistía, hay que entregar las armas”.

¿O sea que usted no estuvo de acuerdo con dejar las armas?

Había gente que hablaba de darnos un tiempo de 10 años, como mínimo: a medida que el acuerdo se fuera cumpliendo, se vería la disposición de sacar las armas de los contenedores donde estaban, en las zonas veredales. Pero había afán de entregarlas. No de dejarlas, sino de entregarlas. Y fue lo que hizo el Secretariado: entregarlas, en su afán por ocupar unos puestos en el Congreso. Y en eso estamos enredados hoy. Se entregaron las armas, pero no se está cumpliendo el acuerdo. Y estamos expuestos a que cualquiera se invente cualquier palabra, como la Procuraduría, que ahora salió a decir que somos promotores de esclavitud.

¿Qué papel jugó usted durante las conversaciones en La Habana?

Yo fui relator en el tema de dejación de armas y el cese bilateral. Pero lo que se escribía ahí, nunca se daba a conocer. ‘Carlos Antonio Lozada’ se reunía con el general Javier Flórez a solas y llegaban a acuerdos que después los del Secretariado aprobaban, menos Iván Márquez y Santrich. Ellos nunca estuvieron de acuerdo en que se hablara a solas, en que se hicieran acuerdos por debajo de cuerda.

¿Si usted no estuvo de acuerdo, por qué no se fue con los disidentes que sí retomaron el monte, como Iván Márquez, el Paisa o Santrich? 

Yo estaba de acuerdo con la dejación de armas, no con la entrega de las armas. La dejación de armas estipulaba que nosotros tendríamos un tiempo con las armas y que se garantizaba la estabilidad de la gente en las zonas veredales. Por eso yo planteaba que antes de entregar las armas, se buscara la amnistía total. Entregamos las armas, pero no nos van a dar la amnistía. Ahora nos van a inventar un delito, y con ese delito a la cárcel. 

Pero no era políticamente viable una amnistía total, después de que los paramilitares aceptaron estar presos un tiempo.

Contésteme esto: yo como revolucionario, con unos principios definidos, ¿cómo voy a aceptar que me entrego para que me abran un proceso o me metan a la cárcel? ¿O me maten, como también está ocurriendo? Es como decir que tengo en venta una casa, y en el momento del traspaso acepto entregarla sin que me la paguen. ¿Quién acepta ese negocio? Si nos hubieran dicho “vamos a hacer un proceso donde a ustedes los van a penalizar”, nadie habría aceptado ese proceso de paz.

¿O sea que fue un pésimo negocio el acuerdo de paz?

Claro. Todo fue el afán que tenía el Secretariado de ocupar un puesto en el Congreso. Como si 53 años de lucha revolucionaria y miles de muertos hubieran sido para ocupar diez curules. ‘Jacobo Arenas’ dijo que llegar al Congreso tenía sentido cuando fuéramos mayoría electoral. ¿Aquí qué hacen cinco, qué hacen diez cuando la mayoría es reaccionaria y todo se aprueba por pupitrazo? Ellos son simples invitados de piedra, no definen nada.

¿Cuál es el futuro, entonces?

Yo a eso no le veo ningún futuro. Nos hemos comprometido con el sistema de verdad, justicia, reparación y garantías de no repetición, en eso tenemos que ayudar. Ayudar a las víctimas, evitar que se siga extendiendo la guerra, ser gestores de paz. No hay nada más que hacer, ya no vamos a cambiar este país.

«Todo fue el afán que tenía el Secretariado de ocupar un puesto en el Congreso. Como si 53 años de lucha revolucionaria y miles de muertos hubieran sido para ocupar diez curules». Benito Cabrera

¿Qué piensa de la JEP como vehículo de justicia transicional?

La JEP era para que estuvieran políticos, industriales, presidentes y exministros contando la verdad de los compromisos que tuvieron con los paramilitares, con los robos de tierras. Parece muy sencillo que para las Farc sí existe la cadena de mando, pero para las Fuerzas Militares no. Si el Secretariado dio la orden, entonces el secretariado es el culpable. Y de los ‘falsos positivos’, ¿quién dio la orden? El ejecutivo. ¿Y por qué no los declaran responsables?

¿Es decir, que los autores de los ‘falsos positivos’ también deberían estar sometidos a la JEP?

Debería ser una obligación del Estado y sus responsables que se presenten a la JEP. Pero no los obliga este proceso.

Usted mencionó a ‘Pastor Alape’ y a ‘Lozada’, con quienes tuvo diferencias. ¿Cuáles eran esas diferencias?

Mientras Marulanda y el Mono Jojoy siempre estaban al frente de las tropas, Alape y Lozada al final no estuvieron al frente, se aislaron de la base. Ellos salieron con el cuento de que la gente no estaba cumpliendo las órdenes, que no quería combatir, pura paja. Si uno está al frente de la tropa dándole moral, la gente responde. Ellos mismos se aislaron.

¿Hubo acaso infiltrados de Inteligencia del Ejército en algún alto mando de las Farc?

Ese era el comentario que incluso el mono Jojoy también esgrimía. Por eso antes de que Marulanda muriera, nadie ascendía. Los ascensos comenzaron después de que Marulanda muere, después que el Mono Jojoy muere, después que Alfonso Cano muere.

¿Lozada ascendió después de que ellos murieron?

Así es.

¿Y por qué ascendió?

Eso pregúnteselo a ‘Timochenko’. Yo no tenía incidencia en eso, no era superior. Nosotros no conocíamos mucho las decisiones del Secretariado.

Hablando de ‘Antonio Lozada’, este declaró ante la JEP que fue él quien dio la orden de matar a Álvaro Gómez Hurtado. ¿Usted le cree?

Si lo dice él, debe tener sus argumentos. Entonces, habrá que creerle.

Pero, ¿usted le cree?

Si él dice que lo hizo… debe tener pruebas. Nadie es tan bruto de autoincriminarse sin pruebas.

¿Por qué antes de esa sorpresiva declaración de ‘Lozada’, nunca nadie del Secretariado había reconocido su participación en lo de Álvaro Gómez?

Eso pregúnteselo a Carlos Antonio. Él solo no actuaba, tuvo que haber alguien que sepa más. Por ejemplo, los radistas. Ellos manejaban la información de lo que sucedía en todo el territorio nacional. Pregúntele a los radistas que tenía el Mono Jojoy, porque él defendía el Bloque Oriental. O a los radistas que tenía Marulanda, porque todo le llegaba a él. Hasta allá es que tiene usted que llegar, para confirmar o negar eso.

¿Usted se siente a gusto con haberse desmovilizado o… cree que les hicieron conejo?

Estoy a gusto con haberme reincorporado. Estar desmovilizado es renunciar a cambiar la estructura económica, política y cultural de este país. Reincorporado significa que sigo luchando por otras vías, dentro de la sociedad, para seguir ayudando a que Colombia puede cambiar.

¿Qué piensa de un señor como Santrich?

Santrich era un hombre que tenía muy claro el proceso de paz. Más o menos un 80 % del acuerdo fue autoría de Santrich, muy estudioso, muy atinado. En varios puntos donde el quería imponer conceptos equívocos, Santrich los aterrizaba por el lado correcto.

¿La guerra contra las Farc cree usted que terminó mal, que fueron derrotados?

La guerra no se ha acabado. Algunos estamos comprometidos en cumplir el acuerdo, pero con otros actores no ha habido paz, no ha habido ningún acuerdo. Así, la paz es muy compleja.

¿Algún mensaje para Juan Manuel Santos, el gran componedor de la supuesta paz?

Él debe ser el primer interesado en que lo pactado en el acuerdo se cumpla. Él más que nadie está obligado a luchar que se implemente lo que se acordó. Si fracasa el proceso de paz, será su fracaso.

Sus palabras parecen advertir un inminente fracaso.

Es que veamos: en el primer punto sobre reforma rural integral, ¿qué hemos adquirido? Nada. En participación política le dieron 10 curules a las Farc, pero nadie quiere recibir a los miembros de Comunes en el seno de sus partidos. La estigmatización y el rechazo está ahí, a flor de piel. Y en víctimas, ¿qué les han cumplido a las víctimas? Ni siquiera querían aprobar las 16 curules, y ahora que por fin las aprobaron, ya comenzaron a poner trabas.

¿Qué piensa de la acusación de la Procuraduría sobre esclavitud durante los secuestros?

En Colombia la gente está sometida a diversas formas de esclavitud. Por ejemplo, pagando impuestos mientras no alcanza para el sustento de sus familias. En el trabajo lo esclavizan y tiene que hacer lo que diga el jefe diga, o si no lo echan. Es otra forma de esclavitud. Entonces, deberíamos montar muchos procesos por esclavitud. No dejan de pensar con odio y con sed de venganza, se inventan cualquier palabra para jodernos. Si siguen hablando así, medio mundo vuelve y se arma. Es un peligro lo dijo la procuradora, porque es decirles a los de la base “mejor devuélvanse a tomar las armas”.

¿Qué tanto se ha cumplido del proceso de paz?

No va ni el 5 por ciento de lo que se acordó. Y no se trata de que les cumplan a los guerrilleros, porque el proceso de paz es para la población colombiana. A los guerrilleros les dan un apenas un estipendio, una suspensión de las órdenes de captura. Pero puede llegar cualquier otro presidente u otro fiscal como Néstor Humberto Martínez… y orden de captura para todo el mundo.

¿Quién cree usted que está detrás de la muerte de líderes sociales?

Los que no están de acuerdo con el proceso de paz son los que están asesinando líderes. Esas personas pueden ser las responsables, y están atizando desde arriba para que las mentes que escuchan eso, tomen esa clase de decisiones.

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