Covid: habla un médico perjudicado por la tercera dosis

Por SERGIO RICO MEDINA*

“La vacunación está de moda. Pasó de ser un asunto de padres de niños menores de cinco años, entornos hospitalarios y viajeros a zonas tropicales, a estar en las primeras páginas de los diarios todos los días durante los dos últimos años. Todo por cuenta de una pandemia.

Aunque existen detractores de la vacunación, es imposible desconocer lo que las vacunas han hecho por la humanidad. Gracias a ellas se han erradicado enfermedades terribles que causaron muchas muertes innecesarias, como la viruela, o arrebataron la calidad de vida, como en el caso de la poliomielitis, de cientos de millones de personas en el mundo. Como médico y como persona, soy un convencido y entusiasta promotor de la vacunación, la evidencia científica me impide pensar y actuar de modo diferente.

Sin embargo, las grandes bondades de un logro de la ciencia como la vacunación no significan que esta sea perfecta, o que dentro de la complejidad que conlleva una campaña masiva y urgente, como la que vivimos hace meses, no se cometan errores, algunos de los cuales pueden ser muy graves. 

El CDC (Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades), la FDA (Food and Drugs Administration) en Estados Unidos y el laboratorio Moderna anunciaron que la tercera dosis de refuerzo debe ser, en cantidad, la mitad de las dosis anteriores: es decir, 50 microgramos (0.25ml). Y aunque otros países del mundo, sobre todo en Europa, han acatado la medida, aquí en Colombia esta directriz parece ser letra muerta, puesto que la instrucción del ministerio de Salud y Protección Social es administrar los mismos 100 microgramos (0.5ml) del esquema inicial.

El pasado 24 de noviembre recibí la tercera dosis de refuerzo con Moderna y me aplicaron la dosis completa, en cumplimiento de la directriz oficial. Dos semanas después inicié con síntomas neurológicos, requiriendo hospitalización de una semana, por una lesión desmielinizante en el tallo cerebral. Hoy me encuentro incapacitado y con terapias de rehabilitación, limitado en mis actividades diarias a causa de los síntomas.  

Siguiendo el conducto regular y el protocolo para la notificación dispuesto tanto por el Gobierno nacional como por la ficha técnica de Spikevax, hice el reporte correspondiente a la Secretaría de Salud y a la Superintendencia de Salud, reportando cuándo inicié con los síntomas. Hasta el momento, no te obtenidorespuesta.

Por todo lo anterior, desde la responsabilidad y el deber que como médico me corresponden, hago un llamado a las autoridades nacionales de salud a atender los lineamentos internacionales y de soporte científico, con el fin de minimizar la posibilidad de que los pacientes vacunados presenten este tipo de reacciones adversas a la vacuna, que no hacen otra cosa que sumar a la sobrecarga del Sistema Nacional de Salud y servir de excusa para que movimientos antivacunas “argumenten” su postura. 

Es un asunto de responsabilidad. 

@sergioricomed

* El autor de este dramático testimonio es médico de la Universidad Autónoma de Bucaramanga (UNAB). Médico hospitalario de medicina interna en la Fundación clínica Foscal Internacional de Floridablanca. Residente (estudiante de especialización) de medicina familiar en la Universidad de Santander (UDES).

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