Por GERMÁN AYALA OSORIO
En el ejercicio periodístico, los titulares juegan un papel clave en la orientación política de las audiencias. Los medios masivos los suelen usar para validar posturas de gobiernos o las que asumen sus agentes más representativos.
Con el titular Malestar en los cuarteles en la portada, la revista Semana suma al “miedo a Petro” un ingrediente más: la posibilidad de un golpe militar si el candidato del Pacto Histórico gana la presidencia. Primero fue el comunismo, luego el castrochavismo, con la trillada frase “seremos como Venezuela”. Y ahora el nuevo “coco” viene vestido de camuflado.
Vender miedo es la estrategia informativa de varios medios de comunicación afectos al régimen uribista. Al fungir como actores políticos, periodistas y empresas mediáticas como El Tiempo, Semana, noticieros privados RCN, Caracol y CM& y programas radiales como La FM y Blu Radio, además de algunos medios regionales, hacen ingentes esfuerzos para afectar la imagen positiva que, a juzgar por los resultados de las encuestas, tienen a Gustavo Petro ad portas de convertirse en presidente de la República.
Estos medios han desinformado e interpretado a su amaño las propuestas del candidato del Pacto Histórico, diciéndoles a sus audiencias que habrá expropiaciones y por ese camino, el Estado se quedará con todo. Y ahora, Semana aporta a la ambientación de lo que podría ser un levantamiento militar, como última opción que le queda al régimen para frenar el eventual triunfo de Petro. Eso sí, no se descarta el magnicidio. Y lo hace con un titular tan sugerente como temerario, en la medida en que valida la participación en política y la actitud beligerante del general Eduardo Enrique Zapateiro.
Dice la revista Semana que consultó a miembros de la tropa, en particular a la oficialidad, y concluyó que efectivamente hay un “malestar” al interior de las fuerzas militares. El artículo tiene un tono azuzador pues el periodista o quien sea el responsable del texto, al parecer buscó los testimonios más negativos posibles, con el fin de hacer más sólido y veraz el miedo que se quiere generar con el titular de la portada.
En uno de los supuestos testimonios, se lee lo que dijo un coronel: “Es muy duro en nuestra mente haber peleado contra el M-19, que causó actos de terrorismo, secuestro y demás, y de repente alguien que perteneció a ese grupo, por un tema político, sea el comandante en jefe de las Fuerzas Militares, legales y que defienden las nobles causas del Estado”.
La revista apela al odio visceral que subsiste de tiempo atrás en una parte del Ejército, por los golpes militares y de opinión que les propinó la entonces guerrilla, de la que hizo parte Gustavo Petro en su calidad de ideólogo. Huelga recordar golpes como el robo de las 5 mil armas extraídas del Cantón Norte, mediante la excavación de un túnel; o la toma del Palacio de Justicia, operativo en el que Petro no participó. Por esa vía, Semana actúa como un actor político y termina legitimando no solo la violación de la Constitución por parte de Zapateiro, sino deja la sensación de que como medio de información, apoyaría el golpe de Estado que al parecer están cocinando los muchos “zapateiros” que siguen la doctrina del beligerante general de la República.
Hay que recordar que la revista Semana de hoy, la de los Gilinski, no es la misma de años atrás. Los periodistas, columnistas y caricaturistas que la hicieron grande, se fueron y llegaron otros que están dispuestos a defender a dentelladas el oprobioso régimen de poder.
El 30 de julio de 1995, la revista Semana publicó un artículo en el que revelaba que durante el gobierno de Samper y por una orden ejecutiva de desmilitarizar la zona de La Uribe, se dio lo que se conoce como “ruido de sables”, el mismo que hoy la Semana de los Gilinsky quiere ambientar.
En el documento se lee: “Hasta que el pasado jueves 22 de junio el ruido de sables dejó de ser discreto y limitado únicamente a los despachos de la alta oficialidad. A las 6 y 30 minutos de la tarde de ese día, inesperadamente cinco generales del Ejército atravesaron los pasillos del ministerio de Defensa y se presentaron en el despacho del general Eddy Payares Cotes, comandante encargado de las Fuerzas Militares. Sin mayor preámbulo, los cinco militares le entregaron a Payares un documento de dos páginas, firmado por el general Bedoya, en el que el Ejército en su conjunto hace profundas consideraciones sobre la que denominó «hipotética orden de desmilitarización del área territorial del municipio de Uribe, Meta, y concentración de las tropas en la cabecera municipal». Acto seguido y como si alguien estuviera pensando en una constancia histórica, el general Urbina elaboró una pequeña acta en la cual dejó constancia de la hora, día y fecha de entrega del documento al general Payares”.
Sin duda, dos revistas distintas. La de los años 90 hacía periodismo; la actual azuza golpes militares, tergiversa los hechos y manipula a la opinión pública. Al ruido de sables que al parecer sigue cocinando el general Zapateiro, se suma el ruido de las rotativas que hoy defienden al ilegítimo y en decadencia régimen uribista.
@germanayalaosor