Por JORGE GÓMEZ PINILLA
La última encuesta del Centro Nacional de Consultoría (CNC) arroja un dato sorprendente, pues le da a Gustavo Petro una preferencia del 44,9 frente a un 41 por ciento para Rodolfo Hernández. La sorpresa reside en que los resultados de la primera vuelta hacían prever guarismos diferentes: si los votos por Rodolfo fueron 5.953.209 y 5.058.010 los de Federico Gutiérrez (quien adhirió a su causa “anticorrupción”), la suma de ambos da una cifra superior en casi dos millones y medio a los que obtuvo Petro: 8.527.768.
Esto se traduce en que, pese a las motivaciones que pudo haber para la altísima votación por Hernández, en un lapso relativamente breve de tiempo la gente habría dejado de creer en esa opción o ahora le cree más a Petro. En todo caso, esa encuesta del CNC post primera vuelta refleja que quizá muchos votos comprados o amarrados por las poderosas maquinarias electorales a favor de Gutiérrez, esta vez han quedado en libertad de manifestar su preferencia y se han ido hacia Petro.
De igual modo, ahí se ve reflejado que los votantes de Fajardo ahora parecen inclinarse por la opción del Pacto Histórico.
Un primer motivo por el cual la gente dejaría de apostarle a Rodolfo, es esa especie de precoz eyección electoral que mostró Gutiérrez cuando la misma noche en que apareció de tercero se le abalanzó al segundo diciendo que “Rodrigo (Lara) y yo votaremos por Rodolfo y Marelen el próximo 19 de junio”.
Hemos de suponer que Rodolfo estuvo evaluando con su cada vez más visible estratega de cabecera, Ángel Becassino, qué hacer con esos casi seis millones de votos, si recibirlos o despreciarlos. Y la respuesta oficial se dio el viernes 3 de junio, cuando a un video-trino de Gutiérrez donde dice que “quiero reafirmar mi voto que mi voto será por Rodolfo y “Marelen”, esto respondieron: “Aceptamos el voto de todos los colombianos que entienden que juntos podemos construir una Colombia mejor. Los que no creían en el cambio, han comenzado a creer”. (Ver trino).
Si el candidato de la ‘Liga’ es tan proclive a tocar temas de prostitución, como cuando dijo que “yo recibo a la Virgen Santísima y todas las prostitutas que vivan en el mismo barrio con ella”, en esa respuesta se abrió de piernas a todos los corruptos “que no creían en el cambio”, a sabiendas de que sin esos votos no logrará remontar la diferencia con Petro.
Lo que comienza a verse entonces es que su descarado galanteo con la franja más contaminada del espectro electoral le está pasando factura, pues solo así se explicaría que en la encuesta citada no aparezca reflejado lo que debería ser una sumatoria a favor suyo.
En todo caso, el portazo que Rodolfo le dio a Fajardo después de que este quiso imponerle seis condiciones para irse con él, muestra a las claras que prefiere los votos de la derecha, no porque sean incorruptos sino porque son muchos más que la pichurria que le traía el candidato de los tibios. Como dijo el escritor Julio César Londoño, “¿Qué sentirá un señor tan exquisito como Sergio Fajardo cuando se rebaja a adherirse a un candidato tan repugnante como Rodolfo Hernández y le avientan la puerta en las narices?”. (Ver trino).
En columna titulada Rodolfo es otro prostituto de la política, me ocupé de una prostitución diferente a la actual, en evidencia de la gran variedad de posiciones a las que hoy acude para ejercer su oficio. Por poner como cabeza de su lista a la Cámara en Santander a una ficha de Édgar ‘el Pote’ Gómez (Érika Tatiana Sánchez), recibió 400 millones de pesos, según reveló La Silla Vacía. El aportante es un político liberal que estuvo preso y tras salir de la cárcel se vinculó a Convergencia Ciudadana, partido de origen paramilitar liderado por Luis Alberto ‘el Tuerto’ Gil. (Ver columna).
Y si ya dijo que recibe a todas las rameras, la prueba está en el mismo Santander, donde además del ‘Pote’ Gómez también comparte su lecho político con politiqueros como el exgobernador Mario Camacho, que también estuvo preso; o con el más avezado de todos, un Fredy Anaya (conservador) cuya esposa (liberal), Nubia López, le pide a César Gaviria que la deje votar por Rodolfo. (Ver noticia).
Pero no podía faltar la cereza del pastel, un tal Bernabé Celis que hace cuatro años fue conducido a una estación de policía por pegarle a su amante y que hoy, en compañía de su hijo Juan Carlos, organiza ruidosas caravanas para la campaña de Rodolfo, según relato de un infidente.
Estas cosas tienen que hacer mella, o ya la están haciendo. Súmenle el Reporte Coronell del 2 de junio, donde el incansable periodista (¡tiene como cuatro puestos!) pone el ojo sobre el proceso por el caso Vitalogic para concluir que es falso lo que dice el imputado, que no es un proceso por corrupción y que la Fiscalía no tiene pruebas contra él. Todo lo contrario, Coronell demuestra que su hijo Luis Carlos firmó un acuerdo de corretaje para recibir una comisión de 1.5 millones de dólares sobre un contrato por 570.000 millones, para el manejo de los residuos sólidos.
Y hay cómo probar, con decenas de chats del mismo Luis Carlos, que su papá estaba enterado de todo. ¿Estaba enterado?, miento: ¡era el cerebro de la operación!
La preocupación, en últimas, reside en lo que significaría para Colombia tener como presidente a un tipo que como vulgar fufurufa se vende a cambio de los votos que le traigan, que denota en su actuar un trastorno de personalidad narcisista, que trató de ganarse con Vitalogic un billete grueso y que ahora pretende aparecer como el adalid de la honestidad y las buenas costumbres.
Ligado a lo anterior, Rodolfo necesita ser presidente para conseguir su pasaporte a la impunidad, pues su proceso pasaría a la Comisión de «Absoluciones» de la Cámara. En cambio, si queda segundo y se convierte en senador, sería juzgado por la Corte Suprema. Y podría terminar preso…
Post Scriptum: Al cierre de esta columna se pronunció Sergio Fajardo, portavoz del derrotado ‘centro exquisito’, para manifestar que por Gustavo Petro no vota y que tiene dos opciones: votar por Hernández o en blanco. No hubo una sola palabra contra quien lo despreció, bien llamativo. No les extrañe entonces si en próximos días manifiesta que lo estuvo pensando “con criterio patriótico y responsable”, y anuncia su voto por Rodolfo. Lo que sea, con tal de hacerle daño a Petro. Qué tipo tan mezquino, tan indolente, tan egoísta, tan poquita-cosa.