“Asistimos al fin de la hegemonía de los criollos”: Eduardo Barajas

Por EDUARDO BARAJAS SANDOVAL

El autor de esta reflexión responde al artículo publicado aquí por Isaías Chaves: «Petrismo y gaitanismo, reflexión en torno a una foto». El Unicornio ha juzgado pertinente compartirla con sus lectores por la claridad, validez y contundencia de sus planteamientos.

«Apreciado columnista, ahora entiendo el sentido de la fotografía de su artículo. Es una foto maravillosa de un momento político que lleva la carga de esa rebeldía con personalidad propia que ha caracterizado al sur de Colombia.

«La vida de nuestro país resulta ser la suma de procesos regionales muy ricos y “nutritivos, que es bueno conocer, interpretar y resaltar». 

Lo de sus dos abuelos gaitanistas, además de su padre, es un patrimonio político de gran significado a la luz del proceso histórico de largo plazo que es el que hay que apreciar y dentro del cual se inscribe el momento actual. Aunque faltan pruebas de la verdadera trascendencia de un nuevo gobierno, sobre el cual hay tantas expectativas de un lado y tantos temores de otro. Lo cual permite recordar que nadie llega a gobernar como quien escribe una página en blanco. Ya veremos.

Muy atinado además y útil para la reflexión histórica su comentario sobre la Convención de Ocaña. ¡Nadie recuerda la trascendencia de semejante fracaso! Momento crucial de nuestra historia, que nunca hemos explorado adecuadamente y que debemos mirar desde la distancia de nuestros días para obtener lecciones útiles en las consideraciones sobre nuestro destino.

También importante su consideración, ponderada, sobre el Frente Nacional. El párrafo sobre ese tema es mucho más denso de lo que puede advertir un lector desprevenido.

No duda usted de las buenas intenciones de los inventores del Frente Nacional. Pero señala con agudeza el hecho de que las cosas se malograron cuando los conservadores decidieron, muy equivocadamente, meterse a la burocracia para mantener un estado de cosas sin contradicciones, en lugar de ejercer la oposición. Por esa observación su comentario es digno de reflexión. Y ello es así porque otras habrían sido nuestra historia y sobre todo nuestra evolución democrática, si hubiera habido entonces gobierno y oposición, en lugar del reparto de la torta de manera mancomunada y esterilizante para los partidos y para la democracia que era urgente consolidar.

Las consecuencias adicionales de esa “desviación” han sido trascendentales. El unanimismo, que en la práctica representó la esterilización de los grandes partidos tradicionales, trajo toda una serie de consecuencias negativas para el ambiente político y social del país.

Ante tal estado de cosas alguien tenía que rebelarse, como lo hizo la guerrilla, provocando, por la misma ineptitud de la clase política, la otra lamentable reacción violenta. A lo cual, diría yo, se sumó el ambiente ideal para la corrupción. Hay muchos que no están de acuerdo con todo esto, porque jamás han tenido la humildad de reconocer las deficiencias del Frente Nacional o la pequeña audacia de mirar las cosas desde la altura suficiente para ver todo el panorama.

Su artículo tiene la virtud adicional de ubicar el epicentro de la reflexión sobre nuestro destino en un lugar alejado de Bogotá. Eso tiene mucho mérito, pues la vida de nuestro país resulta ser la suma de procesos regionales muy ricos y “nutritivos”, que es bueno conocer, interpretar y resaltar. 

Sobre la “segunda oportunidad sobre la tierra”, traigo a cuento una reflexión que hice hace unos días en mi columna de El Espectador (No elegiremos a un emperador) con motivo de la elección presidencial: mirando los grandes trazos de la historia, es posible que estemos viviendo por fin el final de la hegemonía de los criollos, hijos de españoles nacidos en América, ilustrados, nacidos en Bogotá, en capitales de provincia, o en haciendas, que se inventaron repúblicas conforme a sus intereses.

De pronto estamos ante una nueva era, con protagonistas de otro origen y otras calidades. Es un tema fascinante, no todo es en “blanco y negro”, pero vamos a ver cómo nos va».

@EduardoBarajas

* Eduardo Barajas es columnista de El Espectador y fundador de la Facultad de Estudios de política y urbanismo internacional de la Universidad del Rosario.

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