El desprecio del centralismo por las regiones

Por HUMBERTO TOBÓN*

Aunque parezca increíble, la Visión 2050 que acaba de publicar Planeación Nacional, evidencia el desprecio que tiene el centralismo por las regiones, que apenas sí son mencionadas en el documento y que desconocen los procesos que actualmente se están llevando a cabo a través de las Regiones Administrativas y de Planificación, que a pesar de ser una instancia constitucional, es ignorada totalmente.

En uno de los párrafos que hablan sobre las regiones, proponen que “para el 2050, en Colombia, se tendrán en cuenta fenómenos y hechos que trascienden los límites político-administrativos y afectan el bienestar social”. El mensaje es que debemos esperar 28 años más para que se entienda la importancia y trascendencia del desarrollo regional, que de acuerdo con la Constitución Política, debe llegar a la conformación de Regiones como Entidades Territoriales.

La descontextualización del centralismo sobre la realidad del país, los lleva a señalar, que se requiere que “una visión subregional conlleve a contar con un nivel territorial intermedio entre los departamentos y municipios que agrupe entidades territoriales caracterizándolos por la homogeneidad de sus integrantes”.  Ellos ignoran las ocho RAP existentes en Colombia y los 32 departamentos y Bogotá incluidos en estos esquemas asociativos territoriales. Por ello, afirman que se “promoverá (para 2050) también la asociatividad entre entidades territoriales para la consecución de logros regionales”. Como para no creer.

Ojalá el nuevo gobierno revise la Visión a 2050 que acaba de publicar la DNP y le dé la importancia que la Constitución previó para las regiones.

Y como si fuera poco, se asegura en la Visión 2050, que “la subregionalización permitirá la formulación e implementación de políticas, planes y programas de manera más focalizada, considerando las cualidades compartidas del territorio”, cuando la realidad es que hoy esto se tiene, sólo que el gobierno nacional no ha querido reconocer a las RAP como instancias de planeación, ahogándolas económicamente y arrinconándolas técnicamente.

Planeación Nacional y el Ministerio de Hacienda tuvieron durante el actual gobierno la posibilidad de hacer posible una de sus promesas para el mañana, porque figura en los planes estratégicos regionales de las RAP: “La mirada subregional conduce a aprovechar las potencialidades productivas exploradas, incentivando aún más la transformación tecnológica y productiva mediante la clusterización y la especialización, la coordinación de acciones para reducir costos y la identificación de oportunidades de complementariedad entre productores”.

La desconexión de la burocracia bogotana con el país, los lleva al horror de asegurar que “para el 2050, se espera que las subregiones funcionales sean el mecanismo para toma de decisiones en inversión de alto impacto para los territorios. Las entidades territoriales y los Esquemas Asociativos Territoriales (EAT) apropiarán las funcionalidades y contarán con acciones de trabajo multiescalar (supramunicipal y supradepartamental) y armonizado”. No es necesario esperar tantos años, se puede hacer ya, como se pudo hacer desde 2018 o desde 2014, porque los instrumentos técnicos e institucionales existen.

Ojalá el nuevo gobierno revise esta Visión a 2050  y le dé la importancia que la Constitución previó para las regiones.

@humbertotobon

*Estos conceptos no comprometen a la RAP Eje Cafetero, de la que soy subgerente de Planeación Regional

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