Por GERARDO MARTÍNEZ MARTÍNEZ
Aprobaron la reforma,
la reforma tributaria;
para unos arbitraria,
para otros “la gran norma”.
Siempre a la opinión se informa
con titular malicioso
y desarrollo tramposo:
“el impuesto a nadie engaña,
ya se advirtió en la campaña
es para vivir sabroso”.
Dicen “vendrá carestía
para los pobres de bien,
mientras bandidos por cien
recibirán amnistía”.
Verdad, parece osadía
lo que el parlamento fragua:
se va a pique la piragua;
aumenta la decepción;
pues, como a la selección,
nos recetaron Pan-i-agua.
Que se trepan las bebidas;
que el salario entró en secuestro;
solo el pan del padre nuestro
queda exento en las medidas.
Retención habrá en movidas
de enamorados sin fe:
impuestos de no sé qué,
tarifas de no sé cuánto,
queda grabado el encanto
del que pida y la que dé.
Si se regalan amores
hay ganancia ocasional;
y si el regalo es usual,
se acusarán de evasores.
En fin, los sabios doctores,
en profundas discusiones,
nos bajaron los calzones
con tributos a la lata;
y ellos, haciendo prorrata,
no incluyeron sus pensiones.
Empezaron en cincuenta.
Ellos siempre se acomodan.
No importa cuántos se jodan
para que cuadre la cuenta.
El Congreso sufre afrenta
por esa forma de actuar:
siempre para impuestos dar
piensan en la mermelada,
para que amplíen la tajada
al momento de votar.
ÑAPA 1
Por su afán impositivo
el Parlamento, en su amaño,
posando de muy altivo,
pronto exigirá recibo
de impuestos, por ir al baño.
ÑAPA 2
Brasil siguió dividido.
Eso en nada suena raro.
Lo bueno es que un mal-querido
al final sale vencido
por ser un gran Bolsón-aro.
ÑAPA 3
Un presidente don Juan
quiere mandar en la cuadra.
Por eso salió de afán,
a conquistar al gran truhan
que en el vecindario ladra.
@pedrojdelvalle