Por OLGA GAYÓN/Bruselas
– El capitán que levante la Copa Mundial debería protestar contra las ejecuciones de jóvenes que piden libertad en Irán.
El régimen islámico iraní es uno de los más tenebrosos del mundo. Amparados en un dios, el tirano que gobierna, el ayatolá Ali Jamenei, junto con sus miles de secuaces en todo el país, incluidos los encargados de administrar justicia, asesinan sin piedad el futuro de esta nación. No contentos con ejecutar a jóvenes, exhiben sus cuerpos ahorcados, ya inertes, colgados en enormes grúas en la vía pública, para que quienes protestan contra la dictadura, escarmienten, sientan pánico, decidan esconderse en sus casas y callen para siempre su disconformidad contra el gobierno de la tiranía que se rige por la ley islámica.
El último joven que será ahorcado es el futbolista de 26 años, Amir Nasr-Azadani. Por solidarizarse con las manifestaciones en las que las mujeres iraníes exigen ‘Vida y Libertad’, tras el asesinato a manos de la Policía de la Moral el 16 de septiembre pasado de Mahsa Amini, de 22 años, por no llevar el hiyab bien puesto.
A Amir la ley islámica lo ha acusado del crimen de ‘enemistad con Dios’, y lo ha juzgado sin prueba alguna por el asesinato de paramilitares del régimen que salen a la calle a asesinar manifestantes. Ni Amir ni los otros 37 jóvenes que han protestado en la calle y que están acusados de comenzar una ‘guerra contra Dios’ han tenido derecho a una defensa, y han sido condenados a muerte en ‘juicios’ en los que ni siquiera la justicia islámica mantiene las apariencias de neutralidad.
Los y las jóvenes iraníes quieren cambiar el régimen que se ampara en un dios siniestro y tenebroso que les impide vivir en libertad y pone en las manos de los asesinos de la dictadura la dignidad de toda una nación de más de 85 millones de personas. A pesar de que la Policía ha asesinado a más de 500 manifestantes, encarcelado a casi 20.000 y sentenciado a muerte a 38, miles y miles de hombres y mujeres iraníes que exigen libertad se han tomado las calles y las universidades para levantar su voz, que clama para que ese dios que ampara a criminales deje de estar omnipresente en sus vidas.
Campaña mundial para evitar la ejecución del futbolista
En Change.org rueda una campaña denominada ‘Salvar a Amir Nasr-Azadani’, que exige a la FIFA que se pronuncie y pida clemencia para el jugador y, si es necesario, que pare el Mundial hasta que no se consiga que Irán anule la sentencia la muerte del jugador.
Todos sabemos que la FIFA no se pronunciará y mucho menos condenará públicamente a la dictadura iraní, porque ‘el fútbol no se mezcla con política’, salvo si esa política los tapa en millones de dólares, como es el caso de la dictadura qatarí que la forró en dólares para que el Mundial se celebrase en Qatar.
Hace una semanas, en el primer partido de la selección iraní, sus jugadores se negaron a interpretar el himno, en solidaridad con todos los miles de jóvenes represaliados por el régimen. Y en las gradas, también esa primera fecha, los asistentes iraníes -que viven fuera de Irán, por supuesto-, llevaron banderas iraníes pidiendo ‘Vida y Libertad’ para las mujeres y todo el pueblo iraní.
Una aficionada que mostró una camiseta con el nombre de la joven asesinada por la policía iraní, Mahsa Amini, y con el número 22, edad de la víctima, fue echada del estadio por las fuerzas qataríes, impulsadas por infiltrados del régimen iraní que se subieron a las gradas a golpear a quienes protestaban y a arrebatarles todo tipo pancartas de protesta. Esos infiltrados consiguieron que la fuerza pública local impidiera la entrada de pancartas y camisetas de protesta, incluso que no dejaran ingresar al estadio a quienes las portaban. Y todo esto con el atronador silencio de la FIFA.
Que quien levante la copa mundial exija que se eliminen las sentencias de muerte de los jóvenes iraníes
Ya que la FIFA no se pronunciará -y ojalá estuviese equivocada-, quienes ganen este Mundial y levanten la copa, especialmente su capitán, deberían solidarizarse con el jugador de fútbol que será ejecutado y en favor de que los demás jóvenes sentenciados a muerte sean liberados, porque en los juicios no se les ha podido comprobar ningún crimen.
No podemos olvidar tampoco a los más de 500 jóvenes asesinados en los últimos tres meses por la Policía de la dictadura islámica, ni a los casi 20.000 prisioneros que salieron a la calle a exigir para las mujeres y para todo el pueblo iraní ‘VIDA Y LIBERTAD’.
Este 18 de diciembre, en el momento en que se dispute la final del Mundial de Fútbol entre Argentina y Francia, debemos recordar que dos jóvenes -de 23 años los dos-, ya han sido ejecutados por oponerse a la dictadura iraní, sin haber cometido ningún crimen. Y que sus cuerpos ya sin vida fueron exhibidos sobre la vía pública, en un régimen que desprestigia a su dios, convirtiéndolo en ejecutor y cómplice de terribles crímenes.