Por JORGE GÓMEZ PINILLA
“Lo que se acuerde en la mesa es lo que va a misa”.
«Queremos que la gente de los territorios sea oída”.
Con motivo de las conversaciones de paz que se reanudan el 13 de febrero entre el gobierno y el ELN, El Unicornio entrevistó a una de sus excomandantes, Carlos Velandia, conocido en la guerrilla con el alias de ‘Felipe Torres’.
Velandia contó como fueron sus comienzos en la guerrilla, cuando adelantaba su carrera de medicina en la Universidad Industrial de Santander (UIS), estudios que no terminó para vincularse a dicha agrupación. Contó que estuvo en el monte durante muchos años, fue nombrado en cargos de responsabilidad, primero a nivel de frente, luego de región y por último como miembro de la dirección nacional del ELN, conocida con el Comité Central (COCE).
Luego fue puesto preso en Bogotá, debido a una delación, y permaneció en reclusión durante cerca de diez años. Estando en la cárcel actuó como representante del ELN en conversaciones de paz con tres gobiernos consecutivos: Ernesto Samper, Andrés Pastrana y el primer periodo de Álvaro Uribe.
Al salir de la cárcel viajó a España en condición de exiliado, donde adelantó estudios sobre Paz y y Democracia en las universidades de Granada y Autónoma de Barcelona.
En lo referente al proceso de paz que en estos días se adelante, se le preguntó ¿qué es en últimas lo que quiere el ELN?, en consideración a que su comandante Antonio García afirmó en días pasados que no están interesados en obtener curules en el Senado ni en dejar las armas. Y así respondió, sobre esta y otras preguntas relacionadas con dicho proceso:
“Cada día trae su afán. La urgencia no son las curules, el ELN quiere llamar la atención sobre las necesidades del país, antes que sobre las necesidades de los insurgentes. Cuando den el paso a la civilidad, de eso se ocuparán. No significa que no les preocupa el futuro personal de ellos. Por supuesto que les debe importar, y estas cosas hay que halarlas, sobre todo para que no se generen retornos a la violencia”.
“La discusión sobre la dejación de armas se dará en la mesa, no por fuera de ella. Hay una agenda pactada, que es la misma que viene desde el gobierno de Juan Manuel Santos. Se le han hecho ajustes, pero le están dando continuidad. Hay un punto relacionado con el final del conflicto, y ahí se tratará el asunto de las armas. No se pueden esperar respuestas desde ahora, porque no las va a haber”.
Cuando se le preguntó qué pensaba de una afirmación de Enrique Santos Calderón según la cual “el ELN enreda hasta un aplauso”, esto respondió:
“Sí, esa es una visión que se tiene, se ha creado un mito sobre la dificultad del ELN para negociar, mito que yo no comparto. El ELN es una guerrilla muy singular, nada común a otras insurgencias en América Latina. Pero tiene una particularidad, y tiene que ver con su proyección hacia la sociedad, y con su postura frente al Estado en los momentos de diálogo y negociación. El ELN ha sido muy claro en involucrar a una tercera parte, y es la sociedad. Esto ha hecho muy complicado dirimir un proceso entre dos partes, como sí se ha hecho con otros grupos, donde se hicieron procesos transaccionales y se llegaron a acuerdos. Aquí se busca es un proceso transformacional, y por eso se vincula a la sociedad».
«Involucrar a la sociedad es buscar que se genere una serie de discusiones que el país ha abandonado, o que se han dado de manera exclusiva en el Congreso. Pero hay una democracia participativa planteada en la Constitución que no ha tenido mayor desarrollo. El ELN busca que esta tenga un mayor desarrollo, y que gentes de los territorios puedan participar. Los particos políticos no representan la realidad del país ni la totalidad de la nación. Se busca entonces generar espacios por fuera de los institucionales, para que la gente participe y sea oída, con el fin de construir entendimientos básicos sobre los grande problemas, y llegar a acuerdos. Este es el planteamiento central del ELN: que con la gente de los territorios se discutan las cosas y se lleguen a acuerdos, que se hagan pactos validados por el gobierno, y que este los haga vinculantes y los ejecute mediante planes y programas, incluso leyes de la República».
«No se debe olvidar que fue el M-19 el que se la jugó en la Asamblea Nacional Constituyente para introducir la democracia participativa. Y nuestro presidente viene de esas toldas. Por eso la entiende, promueve la participación y tiene buenas migas con el ELN en esa materia, la participación. A Gustavo Petro y el ELN no les será extraño llegar a un acuerdo de participación de la sociedad».
«También es importante que los medios de comunicación le pongan más atención a lo que diga la mesa, porque es lo que se negocia, no lo que diga Antonio García. La agenda que se pacte en la mesa es lo que va a misa. Lo que digan otras personas por fuera de la mesa hace parte de la discusión, pero no es lo importante. Lo más importante es los acuerdos a los que se llegue en la mesa».
«A mí me gustaría ver a Otty Patiño dedicado exclusivamente a entenderse con Pablo Beltrán, que es su contraparte oficial. No con Antonio García ni con otros, que están por fuera de la mesa. A eso, que se dediquen otros. Que el ministro de la Defensa le responda a García sobre el tema de las armas, si le quiere responder. Pero yo sí quisiera ver a Otty Patiño y al gobierno dedicados exclusivamente a responderle a Pablo Beltrán, porque son ellos los que tienen que llegar a acuerdos y entendimientos”.