Por CARLOS HILDEBRANDO FONSECA ZÁRATE *
En su discurso de instalación de las sesiones ordinarias del Congreso de la República, el presidente Petro demostró su capacidad discursiva, dio una clase magistral sobre economía, política e historia de Colombia, en el marco del calentamiento, la inequidad y el narcotráfico global. Presentó algunas acciones alcanzadas en su primer año de gobierno y mostró un talante democrático, su respeto a la Constitución del 91, especialmente cuando escuchó con atención a varios exponentes de la oposición. Hago el papel de “secretario” o narrador Ad Hoc para trasmitir su intervención, porque es un ejercicio muy agradable hacer un resumen de semejante buena intervención. Me gustó mucho, aquí la describo en clave ambiental y socioecológica.
El presidente casi no necesitó acudir a notas escritas durante sus casi dos horas de intervención y mantuvo una gran sindéresis; así no se esté de acuerdo con él, tenemos un presidente estructurado, que invitó a despojarnos del prejuicio y acudir al entendimiento, la razón, el análisis, para evaluar el concepto de “Colombia potencia mundial de la vida”, porque realmente planteó argumentos, reflexiones maduras sobre cada uno de los temas que planteó. Es que el planeta, después de vivir cinco extinciones masivas de especies vivas (la última “natural” fue hace 65 millones de años en el cretácico) enfrenta hoy la sexta, causada plenamente por los humanos, y está en curso a velocidades impresionantes, ha sido acompañada por genocidios, especialmente los del siglo 20 y se denomina Antropoceno. El presidente insistió que debemos reconocer que los paradigmas han cambiado profundamente, porque lo que está en juego es la existencia misma de la especie humana. Estamos viviendo el verano más caliente en Europa de los últimos 120 años y el Niño combinado con el cambio climático afecta crecientemente zonas como la Guajira. Tenemos menos de una década para actuar a fondo. Los éxodos migratorios por la inequidad y el cambio climático están aumentando dramáticamente, como lo muestra la durísima realidad del tapón del Darién; Los pueblos del sur se están yendo, están migrando hacia el norte, porque, -tal como lo documenta el sexto informe del IPCC, emitido en marzo 2023-, los escenarios futuros posibles determinados en las modelaciones matemáticas, reflejan que un aumento de entre 3 y 4 grados centígrados, América Latina y especialmente Brasil, Colombia, Ecuador experimentarían la pérdida de la humedad de los suelos en toda la amazonia y la zona andina, de manera muy dramática, lo cual a su vez resultaría a la vez en pérdida de posibilidad de cultivar. El futuro que nos espera si todo el planeta no actúa, es dramáticamente difícil especialmente para nosotros en américa latina, mientras que África experimentaría más bien aumentos de humedad de los suelos. Ni el socialismo, con la propiedad estatal de los medios de producción, ni el capitalismo salvaje que evolucionó las fuerzas productivas, pero resultó en un “Frankenstein” del cambio climático son la respuesta dice el presidente. Colombia, con más de 300 lenguas, con una mega-riqueza inigualable por kilómetro cuadrado, tiene la respuesta precisamente en ello. Es la potencia de la vida.
Dos pilares fundamentales de la potencia de la vida: la justicia ambiental y la justicia social.
La justicia ambiental es sobre el reequilibrio con la naturaleza en el país de la belleza, que desafortunadamente sigue desangrándose en violencia. Es un reto de construcción de otra realidad, pues no es tan fácil en la práctica. Descarbonizar la economía en un mundo en el que a mayor carbono emitido y consumido mayor riqueza tienen las personas; hay que trabajar el concepto nuevo de la “prosperidad social descarbonizada”, concepto que se discutió recientemente en la reunión de parís de más de 60 presidentes. La justicia ambiental cuenta a su vez con tres grandes elementos, según el presidente:
- La transición energética, que consiste en cambiar la matriz energética fósil a una de sol, viento y agua. El presidente reconoció que el gobierno Duque inició este camino, -aunque tímidamente-, ; y ahora el gobierno Petro está apostando a 8,3 GW de energías “limpias” , de los 18-19 instalados en el país ( de los cuales el 70% de la capacidad instalada es hidroeléctrica); hoy afortunadamente, existen 170 proyectos de 134 empresas , de los cuales 77% son solares 15% eólicos y 4% térmicos; debemos superar todas las dificultades en los procesos, incluyendo las licencias ambientales y las consultas previas e informadas con las comunidades, para lo cual se requieren esfuerzos adicionales a los ya avanzados pero respetando la “licencia cultural” de los Wayuu, que reconoce las autoridades ancestrales (de la línea materna) antes que las tradicionales.
- Las “Comunidades Energéticas” son sin lugar a duda una respuesta muy importante. La instalación de celdas fotovoltaicas en los techos de viviendas no necesita tantos permisos, y están probadas en el mundo. Se deben eliminar los obstáculos existentes, de carácter administrativo y contractual. La meta es la de 2 millones de hogares con 30 metros cuadrados cada uno para un valor de 60 millones de m2 de paneles solares. Experiencias de mototaxis, taxis y los mismos trolleys que existieron en Bogotá son también muy importantes; agregaríamos que el diseño de dichas “comunidades” permitiría la recuperación pausada de la inversión, produciendo ahorros para los beneficiarios en el pago de sus cuentas de electricidad. Otras posibilidades son la producción de biofertilizantes y de hidrógeno verde, a partir de la generación de energía solar o eólica, en lo cual también las comunidades podrían participar, aunque con mayor limitación. Nos parece que esta propuesta es muy pertinente para un país que necesita aumentar radicalmente el ahorro y consumo eficiente de energía.
- La selva amazónica, considerada el tercer pilar climático del mundo, comprendida entre 8 países, cobra gran preponderancia mundial; la deforestación y la minería ilícita son de los problemas asociados más críticos; se han dinamitado muchas dragas y el código minero que privilegia a las multinacionales y lo olvida al pequeño, que ha quedado en manos de mafias armadas que destruyen la democracia y el agua deben replantearse urgentemente. Afortunadamente la lucha contra la deforestación empieza a rendir grandes resultados este año, pues ya se logró el nivel más bajo en 9 años, al pasar de 174103 hectáreas deforestadas en 2021, a 123517 en 2022 para un 29, 1% de reducción, gracias a una decisión de trabajar con la gente, con un nuevo enfoque que reemplazó la erradicación forzada por la sustitución voluntaria y , más allá, por el Pago por Servicios Ambientales y reconocimiento a los habitantes por la protección y y uso sustentable del bosque tropical húmedo amazónico. El ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible se ha lucido en ello, agregamos.
La justicia social es el reto de pasar del extractivismo hacia la verdadera producción agraria, agroindustrial, turística, en respuesta al hecho que el carbón y el petróleo disminuirán en su consumo. Para producir se necesita conocimiento, que el capital y el trabajo aprovechan para producir riqueza material o virtual. El turismo, al cual le han asignado recientemente 287 mil millones, está creciendo y ya superó los 5 millones de turistas extranjeros en la época post covid y en los últimos meses, según planteó el presidente. Se trata de pasar a 7 millones, que significarían 7 mil millones de dólares al año, cifra que se va acercando a las exportaciones de combustibles fósiles.
El planteamiento del Presidente Petro sobre la necesidad de la reforma agraria para que el país se industrialice coincide con la experiencia de los propios Estados Unidos, de Europa, de España, China, Corea del Sur, en el sentido que a medida que la pequeña y mediana propiedad entran en el juego de la productividad, se avanza definitivamente hacia allá; Mencionó el presidente la experiencia colombiana con Manuel Murillo Toro, que intentó repartir las tierras que poseía la Iglesia Católica, Rafael Uribe Uribe y después Alfonso López Pumarejo más desde la derecha, Gabriel Turbay y Jorge Eliecer Gaitán, quienes también acometieron diferentes planteamientos y los sacaron del juego de diferentes maneras; después de ese 9 de abril de 1948 “todo fue violencia”. El problema de Colombia ha sido la tierra, como lo demuestra el Gini de propiedad rural. Durante muchos años el partido mayoritario en el congreso de la república fue el de los terratenientes, aunque esta situación ha ido cambiando. El presidente fue nuevamente enfático en que la no ejecución de la reforma agraria resulta en un capitalismo raquítico, que no logra sentar las bases de la industrialización con un tenencia de la tierra anacrónica, premoderna y y profundamente irracional desde el punto de vista económico, que resulta en déficits alimentarios y cambio climático como lo muestra la experiencia africana que lanza a millones a cruzar el mediterráneo exacerbando el nacionalismo en Europa.
El presidente fue insistente también en que la tierra fértil debe ser usada para cultivos alimentarios, como ha intentado en alianza con el dirigente ganadero José Félix Lafaurie, de titularlas después de comprarlas, reconociendo la posesión en consonancia con el punto 1 del acuerdo de paz entre las FARC EP y el estado, que es un compromiso ante el consejo de seguridad de naciones unidas. Informó que su administración ha titulado cerca de un millón de hectáreas, de las cuales 770 mil son para los indígenas, que las cuidan en su mayoría como bosque. 175 mil hectáreas han sido para los campesinos para mejorar su productividad y cerca de 8 mil para las comunidades negras. Recibió fuerte aplauso.
Felicitó al Congreso por la inclusión de la palabra “Campesino” en la constitución colombiana y el estatuto del campesino como sujeto de derechos. La meta de entrega de 3 millones de hectáreas nuevas a los campesinos , en lo cual el gobierno anterior sólo avanzó en 13 mil, sólo ha logrado en este año otras 30 mil; necesitamos cambiar la ganadería extensiva que está en tierra fértil para la agricultura, para lo cual le propone a los ganaderos a través de su interlocutor y miembro de la comisión de negociación con el ELN , José Félix Lafaurie, que se considere vender la mitad de las tierras ganaderas para ese propósito y la otra mitad sea financiada para convertirla en ganadería regenerativa en zonas como el magdalena Medio, en la cual “ el ganado coma mirando al cielo”; el presidente se refiere a los Sistemas Silvopastoriles que se han ensayado en fincas como las del dirigente ganadero, porque el ganado ramonearía los arbustos de leucaena y estaría rodeado de árboles, aumentando su productividad y resiliencia abrumadoramente: en el caribe se puede pasar de 0,4 reses por hectarea a 2,2 , lo cual debería liberar tres hectáreas de cada cuatro, para agricultura, reforestación, regeneración natural y , muy importante, para que las ciénagas desecadas a nombre de la ganadería recuperen su dinámica natural. Estaríamos avanzando hacia un verdadero ordenamiento territorial alrededor del agua.
Resaltó el presidente que quedan sólo 7 años de los 12 acordados para cumplir con la meta de las 3 millones de hectáreas y comprometió a su gobierno a cumplir con la mitad: 1, 5 millones de hectáreas. En nuestra opinión, si se cumple esta sola meta, hará pasar a la historia esta administración. Sin embargo, de manera franca expresó el presidente que es urgente cambiar las normas de tal manera que permitan que se puedan entregar 500 mil hectáreas de tierras fértiles a los campesinos cada año asociando cooperativas como en Canadá y Holanda, financiando a los campesinos y comprándolas con todos los requisitos de ley.
En lo que respecta a industrialización con innovación, mencionó el esfuerzo con AIRBUS para producir repuestos, la posible producción de paneles solares ( consideramos que habría un nicho en los flexibles, pues su avance es impresionante en los últimos años: de una eficiencia del 3% podrían pasar a una del 10% mientras que los rígidos de 23% de eficiencia cuestan 10 veces más). Mencionó el ensamblaje de automotores eléctricos y las energías limpias, como lo que debemos esperar en la Guajira, si logramos solucionar de forma eficaz, justa y transparente todos los procesos de consulta y licenciamiento ambiental y “cultural”.
Es importante tener presente, como lo mencionó el mandatario, que aún no tenemos una Política Industrial Nacional generalizada. Nos ofreció una reflexión muy importante: “Si un país produce más es más rico, pero no si trabaja más”; no es la sobreexplotación de los trabajadores en un capitalismo tardío mientras que en Europa la jornada laboral es de 35 horas/semana en algunos países sino el aumento de la productividad para que los productos tengan más valor agregado lo que hace que el país tenga mayor PIB de verdad; es que nuestra productividad es del 10% de la de otros países. En el tema del empleo, resaltó la necesidad de usar más la ciencia versus la ideología en la discusión: si los trabajadores tienen un ascenso real de salarios, no disminuye el empleo, porque, tal como lo plantean Keynes y la economía clásica, la oferta y demanda de empleo no dependen del salario , que puede ser coyuntural, sino de la capacidad productiva del país. Además tendrían más recursos para consumir e invertir. Agregariamos que el “empleo verde” en agroecología, en conversión ganadera a sistemas silvopastoriles, la reforestación, la acuicultura con créditos y tierras propias deben resultar en no sólo mayor ingreso a corto plazo sino también en un incremento significativo de ingreso en el mediano y largo plazo. La demanda depende más de los nacimientos y de la inmigración y de la educación; la disminución de las tasas de interés y el aumento de la disponibilidad del crédito agropecuario están dando resultado y en la disminución de la inflación. La reforma laboral es la única que “se ha caido” hasta el momento, en palabras del presidente, aunque hay más empleo que el año pasado pero se está debilitando el impulso según lo expuso , pues con una inflación mensual de 0,3% se ha logrado reducir esta significativamente, aunque todavía quedan rezagos de los efectos del covid y de la invasión rusa a Ucrania. Los precios de los alimentos han disminuido durante los últimos tres meses mientras el salario creció el 16% y podría disminuir al 10% su crecimiento a finales de este año. Esto significa que casi la mitad de la población trabajadora se ha beneficiado, porque el resto, más de la mitad, es informal y muy seguramente no alcanza, en su gran mayoría, el salario mínimo y, por supuesto, las prestaciones de ley. Por ello, en el mundo urbano, la economía popular, llamada también informal, que hoy es mayor a la economía formal en términos de empleo, no debe perseguirse sino empoderarse privilegiando a las mujeres, dotándola de instrumentos de crédito popular que acaben el “gota a gota” y otras fuentes ilegales y caras.
El presidente señaló muy brevemente la educación como factor principal, con 500 mil cupos nuevos, de los cuales 50 mil serían este año. La salud logró la inversión más alta en nuestra historia como país. Seguimos , en cambio, a la espera de la inversión estatal necesaria en Ciencia, Tecnología e Innovación para activar la dinámica en la cual el sector privado se atreve a invertir mucho más en ello como es la historia de todos los países industrializados en los cuales al principio el estado invierte más que los privados pero eventualmente son estos los que se juegan a fondo en una proporción que normalmente es del orden del 70/30. El estado debe liderar y “picar en punta” durante varios años y en nuestro caso colombiano, tiene la doble responsabilidad de consolidar conocimiento propio por nuestra enorme biodiversidad, violencia, inequidad y potencial por nuestra localización y otras condiciones geográficas.
No se trata sólo de imitar sin criterio países de otras latitudes sino de aprovechar nuestras ventajas propias. Sobre eso le faltó insistir al señor Presidente y también en el PND, Plan Nacional de Desarrollo quedó raquítico. Igualmente, esperaríamos más inversión en los niños y niñas de los 0 a los 5 años, pues esa época de la vida es determinante fundamental de la felicidad, confianza, alegría y solidaridad de las personas. Debemos considerar más la economía del cuidado, el empleo “verde” de cuidado de los ancianos, niñez, ambiente y naturaleza como una gran fuente con el mayor saldo pedagógico posible a la manera Mockusiana.
La paz Total , el tema de más profundidad, lo dejó para el final el presidente. La paz no es un acuerdo entre dos cuerpos armados; es un acuerdo nacional de toda la sociedad, – que disminuye y desaparece gradualmente los detonantes de la violencia-; el presidente señaló que Colombia como potencia mundial de la vida busca ese acuerdo y que, aunque parezca diferente, las estadísticas demuestran una disminución sustancial de las bajas del ejercito y la policía del orden del 60 y 55% respectivamente frente a las de un año atrás; el país no olvida que después de los acuerdos de paz volvió a subir esta estadística. Sin embargo, ese retroceso puede esconder también el cambio de la violencia hacia otros actores y espacios; según el presidente “se está acabando la confrontación del estado e insurgencia” , que se inició del 9 de abril del 48 posiblemente hasta 2016 – 23, que a su vez fue precedida por otra violencia, la de los liberales contra los conservadores y que se convirtió en la insurgencia campesina de origen liberal, – que migró hacia el comunismo- y predominó hasta hace poco. Ahora abre campo una tercera fase , una violencia diferente, del siglo 21, a la cual no le interesa tomarse el poder, porque de otras formas lo tiene, que está movida por la codicia, el deseo de control territorial y el negocio ilícito y criminal: las economías ilícitas. En el caso de Colombia las economías ilícitas tienen su principal expresión en el narcotráfico. Es la economía de la cocaína, tráfico de mujeres, éxodo del Darién, la extorsión por negocios. El presidente cometió la infidencia de la disminución de la extensión de los cultivos de hoja de coca, por la disminución de su consumo en los Estados Unidos seguramente por la entrada del fentanilo, como lo demuestra el hambre de las familias sembradoras cocaleras y el desplazamiento de las áreas de siembra de Tumaco hacia la frontera con Ecuador, que vive una ola enorme de violencia en las cárceles, -hasta el punto que el Ejército ha sido autorizado a entrar en ellas para controlarlas-; mientras que la cocaína mata anualmente 3 mil personas en los Estados Unidos, el fentanilo llegaría a la suma de 100 mil según planteó el presidente, siendo 50 veces más adictivo que la heroína.
Seguramente la cocaína proveniente de Colombia va hacia otros mercados, en los cuales se están instalando laboratorios de su procesamiento pues llega en pasta. Pareciera entonces que el mundo de la drogadicción está mutando rápidamente y que Colombia podría estar dejando de pertenecer gradualmente a las cadenas del narcotráfico como un triste beneficio colateral de la aparición de una nueva sustancia o la relocalización de su producción, -como fue el caso de la Marihuana en la década de los 80 en Colombia-, pues en los propios Estados Unidos se inició su cultivo muy sofisticado.
Finalmente, el presidente insistió en la necesidad inaplazable de la inclusión , de la integración de los territorios y de los sectores sociales y culturales tradicionalmente excluidos y propuso nuevamente un Acuerdo Nacional así como sucedió en la constituyente del 91 y en otras ocasiones (el “frente Nacional “ por ejemplo), que sea capaz de unirnos en medio de las diferencias y diversidades, para lo cual este es “un momento de ceder”, de desarticularnos de las mafias, en el cual deben caber todos los jóvenes abriéndoles las puertas. Mas democracia en un país en el cual el congreso de la república es la expresión condensada de la sociedad para que no prospere la tercera fase de la violencia fratricida y para que podamos demostrar que somos capaces de hacer realidad la paz entre nosotros los humanos y entre nosotros y la naturaleza en todo su esplendor. El presidente estuvo sereno, habló con tono profesoral sencillo y se ganó muchos aplausos largos y cortos y una que otra algarabía propia del derecho a disentir. Después oyó a los diferentes intervinientes de la oposición y los partidarios. Fue sin lugar a dudas una demostración de convivencia democrática en un país poco acostumbrado a ello.
No cabe duda de que tenemos presidente, un buen presidente, -así no coincidamos con todas sus afirmaciones- y un demócrata dispuesto a oír a los demás. Esta es nuestra oportunidad de un acuerdo nacional que trascienda las posiciones partidistas y consolide las líneas fundamentales del cambio, de la transformación cultural necesaria para lograr la paz total, que comprende también, para nosotros los ambientalistas, la paz con la naturaleza, como lo ha planteado Francisco I, el papa verde, el de la casa común.
@carlosfonzeca
* Ingeniero Civil experto en Sistemas Ambientales y Urbanos. Exviceministro de Ambiente, consultor , investigador-profesor, Corporación SIMBIOSIS.