Por HUMBERTO TOBÓN
Es muy decepcionante que lo único que copian algunos medios de comunicación en Colombia del periodismo norteamericano sea el modelo de Fox News, y no el de las más importantes revistas, periódicos y canales de televisión de ese país, que han dado muestras reiteradas de tener una prensa objetiva y de altísima calidad, claro, con algunas excepciones desafortunadas.
Esa prensa de circulación masiva, escandalosa y de mala calidad, concebida inicialmente para los sectores sociales más pobres y vulnerables, a los que se les ofrece tabloides con grandes titulares, fotografías de muertos en las calles, de ladrones capturados y golpeados y de mujeres desnudas en las contraportadas; o radioperiódicos populares en los cuales sólo se habla de violaciones, robos, secuestros e historias truculentas que se emiten desde las puertas de los anfiteatros; empezó, por la fuerza de las ideologías políticas, a ser también de consumo de otros estratos socioeconómicos, a quienes se les cambió la fórmula y se les empezó a vender crónicas llenas de morbo, noticias falsas y análisis sesgados y amañados.
Cuando creímos que atrás había quedado la historia de El Bogotano, El Espacio o El Caleño, surgieron otros periódicos de bajo costo, mucho más amarillistas y de alta circulación en los barrios populares y en las plazas de mercado. A la par, dueños de publicaciones que por décadas habían servido como faro del buen periodismo en el país y habitáculo de las plumas más destacadas de la nación, prefirieron lanzarse al fango en busca de más lectores y “me gusta”, sin importar que sus publicaciones estén llenas de verdades a medias y de un periodismo que, sin duda, causa no solo estupor sino arcadas.
Lo que los ciudadanos esperamos del periodismo es que esté detrás de la verdad, pero que también eduque y forme con información veraz, para que cada uno desde su libertad e individualidad adopte su propia posición.
Es imprescindible que el periodismo ayude desde la transparencia informativa, a que la sociedad logre consensos sobre los temas de interés general, para que su calidad de vida sea mejor y todos puedan gozar de bienestar.
Qué importante es tener un periodismo que destaque los avances sociales, económicos, institucionales, ambientales y tecnológicos, para que redunden en el bien general. Y un aspecto esencial, es que el periodismo, a través de la información que emita, promueva la solidaridad y el respeto.
Es evidente que queremos una prensa libre pero objetiva. Aspiramos a tener un periodismo que devele las verdades, pero que estas sean íntegras y no a medias. Que los comentaristas puedan decir todo cuanto quieran en total libertad, pero que la información siga siendo sagrada.
El espectáculo del que hemos sido testigos en los últimos días, de una prensa enfrentada al gobierno, como si fuese un partido político, y este reaccionando de manera airada, donde cada una de las partes exige respeto en nombre de la libertad de opinión, es lamentable.. El país no se lo merece.
@humbertotobon