Por GERMÁN AYALA OSORIO
Amparo Cerón está tratando de construir una leguleyada para torpedear la elección del nuevo fiscal. Insiste la señora, cercana al exfiscal Néstor Humberto Martínez, en que haber sido ternada le otorga el derecho a ser elegida, razón por la cual debe ser la Corte Suprema de Justicia la que asuma la decisión final de su suerte y no el presidente Petro, quien envió hace unos días la nueva terna. En lugar de Cerón ahora aparece el nombre de Adriana Camargo.
El ejercido de la señora Cerón apunta a restarle legitimidad al poder que tiene el jefe del Estado de ternar a quienes él cree que tienen la altura moral y ética, así como la formación y capacidad para dirigir la fiscalía general de la Nación.
Justamente, su infantil reclamo deja ver que no reconoce que su nombre genera dudas en el gobierno y en sectores políticos y periodísticos, lo que debería de impulsarla a declinar ella misma a hacer parte de la terna. Pero no. Cerón quiere construir un caso jurídico donde no lo hay, para extender en el tiempo la elección que deben hacer los magistrados de la Corte.
¿Para qué insistir en formar parte de una lista cuando el propio gobierno ya revisó a fondo su trayectoria, la misma que le generó dudas tardías al presidente sobre su independencia como abogada penalista? Lo que sí hay que reconocer es que el gobierno se equivocó al ternarla, pero ese yerro no puede usarse para reclamar un inexistente derecho adquirido.
La lógica jurídicamente «emocional» de Amparo Cerón se desvanece cuando el presidente Petro envía la nueva terna, potestad que ella quiere arrebatarle, pese a que dicho poder está garantizado por la Constitución.
Ya veremos en qué queda esta ridícula novela de una abogada que, golpeada en el ego, quiere convertir ese dolor en un hecho jurídico que termine afectando el proceso de elección del nuevo fiscal general de la Nación. Se espera que la CSJ no se deje enredar por quien cree, sí o sí, que merece ser fiscal general de la Nación, cuando ya no hace parte del exclusivo listado. Lo mejor es que se resigne y guarde el recuerdo de haber sido ternada, por error.
En un país como Colombia no es raro encontrar ternas de uno o de cuatro. Las ternas de uno solo funcionan cuando de antemano ya se sabe quién será el elegido. Ahora, por cuenta de la abogada Cerón, parece que estamos frente a una terna de cuatro.
@germanayalaosor