Ají para condimentar las ideas

Comienzo mi noche sabatina escogiendo la especia que sazonará el fin de semana. He tomado el ají para saturar dos días de descanso con vitaminas, antioxidantes, sabor recio y, además, para darle una fuerte sacudida a las ideas. 

El ají llegó a la Península Ibérica en los barcos de Colón hace más de 500 años. Ha sido uno de los grandes descubrimientos de la gastronomía mundial. De algún modo remplazó a la pimienta que en la Europa de la época llegaba de las Indias, era esencial para prolongar la vida de los alimentos; Su comercio era complicadísimo y el precio a pagar por los europeos, era elevadísimo. No olvidemos que los Reyes Católicos financiaron el viaje de Colón !»a las Indias» porque prometió traer especias a mejores precios.

Tras la llegada a América de la expedición española, y la presentación del ají a la corona española, rápidamente fue extendiéndose su cultivo por todo el Mediterráneo, sobre todo en lo que hoy es España e Italia. Según los historiadores, se cultivaba en el imperio Azteca hace 9.000 años y en el imperio Inca hace unos 4.000. No tardarían sus plantíos en extenderse por todo el planeta; ahora es un condimento primordial en todas las culturas gastronómicas del mundo.

En lo que queda del sábado, estará sobre mi cabeza el ají necesario para condimentar todas esas ideas producto del mestizaje de aquí y de allá. Siento que mi cerebro reaccionará con energía a esos impulsos creativos, ayudada, cómo no, por la sabiduría gastronómica de mis antepasados del continente americano.

¡Un finde bien suculento para tod@s!

OLGA GAYÓN/Bruselas

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