En las manos de millones de franceses se encuentra el futuro democrático de Europa y el mundo. Si los fascistas franceses consiguen con una abultada votación irrumpir poderosamente en la Asamblea Nacional y volver a Francia ingobernable hasta las elecciones presidenciales, las relaciones internacionales de Europa comenzarían a ser presionadas hacia políticas de la ultraderecha, especialmente en todos los temas sociales y de integración de en la UE.
Si por el contrario, el pueblo francés logra atajar con sus votos este ímpetu fascista que se ha tomado a gran parte de la población de Francia, Europa y el mundo recibirán una bocanada de oxígeno que les haría recuperar la respiración para comenzar a trabajar con celeridad en los cambios sociales urgentes para hacer la vida de todos los europeos mucho más vivible y espantar estas ansias fascistas de apoderarse del accionar político y social de los europeos.
El resultado de esta segunda vuelta para la Asamblea Nacional Francesa puede tomarse como si fuese una votación continental e incluso mundial: de él depende que el mundo escoja, incluido Estados Unidos, entre fascismo y democracia.
OLGA GAYÓN/Bruselas
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