Te fuiste, mi hermano y amigo Vladimir

Por JOSÉ DE JESÚS RAMÍREZ VÉLEZ

Recuerdos con Vladimir Zabala, quien se marchó un 18 de julio del 2024.

Tengo rabia hermano, mucha rabia, te fuiste sin mi abrazo y sin la larga conversa que veníamos aplazando, preparando, esperando y tejiendo. Una conversa y un abrazo que se frustró luego de 25 años sin poder regresar a mi país, a mi terruño, por culpa de un puto falso positivo judicial, de esos que se inventó toda esta camada de asesinos que no nos quieren dejar en paz.

Me llamaste el día de tu partida y en pocos segundos me dijiste todo o casi todo lo que tenías para contarme, lo que estaba pendiente. Me dijiste que me recordabas, que me tenías presente, que me amabas, con esa voz de ultratumba que solo comprendemos los que estamos en la misma onda.

¿Por qué te fuiste, Vladi? Es la pregunta sin respuesta que nos hacemos los que te conocimos y quedamos atrapados en esa telaraña de afectos y bondad que entregabas siempre. No lo comprendemos. ¿Cumpliste tu misión?  Este país todavía está muy enfermo, frágil y biche, necesita gente como vos. ¿Qué pasará con tus grandes ideas, proyectos, aportaciones? ¿Quién, cuándo y cómo serán recogidos y desarrollados? No jodás vlady, no era la hora de irte, ni de dejarnos esa tarea tan berraca. ¿O fue tu salida a la manera latinoamericana de todo este rollo teórico y espiritual del cerebro social? No lo sé, quizás.

Recoger tu legado y moverlo en medio de este despelote generalizado es todo un reto y quizás una señal, con esa exigencia de unidad y coherencia a la que nos obligas con tu partida y silencio, o mejor, con tu enraizamiento y nueva palabra.

Escogiste un momento tremendamente especial y complejo que tenía muchas ganas de descifrar contigo: El genocidio palestino y la locura sionista, la guerra suigéneris de Ucrania, los Juegos Olímpicos de París y el ascenso de la ultraderecha, los gringos con esas elecciones tan tristes y burdas, elecciones en Venezuela, el ELN en su encrucijada, enredando la paz y el Cambio, Petro y sus dos años de gobierno.

En lo personal la coincidencia en este mes de julio del 40 aniversario matrimonial, los cumpleaños  de Alejo, Ruka y el mío, el grado universitario de mi hija Nathalie victoria, mi encuentro con Petro en parís para entregarle la propuesta de Gestores Internacionales de paz. Sólo tú conocías las claves, nexos y relaciones de este conjunto caótico. No sé qué pasará en adelante. Hoy estoy huérfano y a la intemperie, desgarrado y adolorido.

Hermano, es dura y muy triste tu partida, aunque hayan bailado y cantado en la Nacional tu salto a las estrellas.

Recuerdo las largas conversas que tuvimos sobre esta Colombia mágica y culebrera, sobre esta dirigencia política tan llena de miedos y mediocridades, sobre la gran capacidad de Petro para derivar en esta compleja realidad y proyectar salidas, sobre el discreto papel de la vice, sobre el pobre papelón de la CH y el PH, tan lejos de la historia y del pueblo, sobre la jodida corrupción que carcome a las izquierdas… No quedaba tema, ni títere con cabeza pero al final se imponía la esperanza, la confianza, la voluntad colectiva por el cambio y la certeza en la sabiduría popular.

Te conocí siendo yo un chaval muy joven en Cali, en el barrio Alfonso López Pumarejo, donde estaba de párroco un cura paisa, del combo de los curas rojos de Golconda, Manuel Restrepo. Tú hacías parte de un maravilloso equipo de locos y brillantes docentes que impulsaba desde el colegio parroquial, el Modelo Educacional Integrado (M.E.I), un paquete que integraba ciencia, vida y revolución, cristianismo y marxismo, gestión y autogestión popular…fue una época emocionante y muy movida.

Mi padre fue el carpintero de la iglesia, la comunidad y los jóvenes, en medio de ese torbellino social. Campesino desplazado desde su Titiribí antioqueño, casado con una valluna de Versalles  con ancestros españoles, once hijos, rezandero y católico casi integrista, conservador fanático…sin embargo era un entusiasta y comprometido ciudadano que estaba a tope con todo el proceso y el movimiento:

  • Los domingos después de misa, fabricación popular y colectiva, artesanal, de bloques para construir equipamientos sociales, deportivos y educativos en el barrio.
  • Formación y capacitación de la juventud del barrio en todo tipo de artes y oficios, donde los maestros eran nuestros padres y mayores, los pequeños artesanos, empresarios y comerciantes, los tenderos, las amas de casa con sus máquinas de coser, en sitios y horarios concertados, donde reinaba la mística, la disciplina, la cooperación y todo era voluntario y gratuito.
  • Los viernes se realizaban las asambleas eclesiales de base a través de la liturgia de la palabra que era el proceso de evangelización. Allí la comunidad interpretaba, evaluaba y planificaba a la luz del evangelio su realidad social y se desarrollaba aceleradamente la organización social – comunitaria.

El contexto fue la realización del Concilio Vaticano II que abrió puertas y ventanas de la vetusta Iglesia católica después de que se celebró la Conferencia Episcopal Latinoamericana (CELAM- Medellín) que tradujo toda esa renovación teológica y religiosa mundial hacia el cambio, concretándose en cada país un movimiento religioso y social, liderado por Golconda  y con la PLATAFORMA CONCILIAR DE CALI, se fue materializando ese diálogo cristiano – marxista, donde los Zabala con el cura Camilo Torres, catalizaron y promovieron una de las épocas más fascinantes de nuestra lucha popular y revolucionaria, en Colombia y toda América Latina.

Mi encuentro con Vlady  en todo ese proceso, momento y escenario, me metió a la revolución desde adentro del pueblo y al cristianismo con la visión camilista del amor eficaz y sincero.

De la mano del vlady  conocí todo aquello, a Leonidas Proaño en Riobamba y al cura Pedro Joya, a Helder Cámara en Brasil, a Leonardo Boff, al obispo de Buenaventura, al gran René García, a Ricardo Lara Parada y a algunos de replanteamiento del ELN, a Orlando Fals Borda, a la Mercedes Araújo de Cuéllar, al maestro Diego Montaña Cuéllar, al viejo Gerardo Molina, a la Gloria Gaitán, al abogado Umaña Mendoza, al combo de la revista semana….y a tantas y tantos compas, académicos, líderes, militantes de diversas regiones del país, de distintos grupos y partidos, de distintas generaciones…

Mi vida política va paralela a la amistad con vlady.  Es un recorrido desde la parroquia del barrio López, los grupos juveniles, las marías, monjitas franciscanas del barrio san marino de Cali (familias burguesas de Popayán y Bogotá), la Carmiña Navia Velasco, monja de familia burguesa de Cali y los curitas españoles del barrio Meléndez, el padre Ernesto Sardi de Lima y su pastoral juvenil,  el seminario de los paulinos de Bogotá, el  seminario-conciliar de Popayán con el vicentino Albarracín y el obispo Alberto Giraldo Jaramillo como directores de una extraordinaria experiencia de formación juvenil y pastoral en el Cauca, el seminario conciliar de Cali, pasando por el M19, las relaciones fraternales con elenos, Quintín Lame, PRT, CRS, troskistas, emeeles, mis responsabilidades en los frentes sindical, estudiantil, barrial y profesional, mi paso y estadía en Venezuela con el cura Arturo Paoli, en Ecuador con los dirigentes del partido socialista y Darío Villamizar, mi trabajo en el Cauca, Huila y Valle hasta llegar con Pizarro a Santo Domingo-Cauca, la ciudadela de la paz, para luego pasar a las casas de la paz y al diálogo nacional, a la ANC y la Constitución del 91, continuando con la AD.M19 hasta el 94, donde renuncio a mi militancia formal y entro a actuar como ciudadano independiente, asumiendo una postura crítica  con el conformismo y la corrupción de mis antiguos compas y dirigentes.

La última etapa vivida han sido estos 25 años de exilio y cuasi destierro que llevo en España-Europa, que arranca desde la fundación de la asociación de inmigrantes “Somos ciudadan@s del mundo” pasando por militancias en partidos y movimientos de allá y de acá, movimientos culturales y asociativos, trabajo académico y de diplomacia ciudadana hasta la creación del colectivo diáspora y paz y posteriormente de la plataforma diáspora y paz internacional, donde hemos elaborado un gran diagnóstico, una visión y un programa que está aportando al debate y a la construcción de este gran sujeto político que es esta minoría social pluriétnica, la diáspora colombiana.

Sería largo enumerar todo y a todos, lo realmente relevante de mostrar ahora es la relación, la comunicación, la amistad, el diálogo constante de forma transversal y en todo el tiempo con el Vlady desde mis 18 años hasta estos 68 actuales. Este milagro y privilegio fue posible por el mutuo respeto y afecto, por la fraternidad y la solidaridad sin límites, por la capacidad de escucha y el compromiso con la gente.

Para mí  Vlady fue uno de los “buenos y amorosos”, de los “imprescindibles”, de los que hacen historia sin pretensiones,  por sus geniales ideas, su transparencia y autenticidad, su sencillez. Ojalá su legado y el de su clan, encuentren tierra fértil en este momento que vivimos de la historia junto al buen petrismo y al insurgente movimiento popular.

Quiero terminar esta breve reseña amistosa, semblanza, homenaje y testimonio con una reflexión: Fui muy crítico del Vlady y de todo el combo Zabala por lo que me parecía su teoricismo y su vertical crítica al movimiento armado, obviamente desde mi condición de militante M19, aunque siempre sentí y reconocí que sin ese profundo arsenal teórico e histórico, era imposible hacer ninguna transformación. Él y yo, conscientes de ambos extremos y verdades, intentamos a nuestra manera, hacer de puentes, de mensajeros, de intermediarios, de conectores, porque  veíamos y sentíamos  que la cosa era integrar en un solo proyecto lo mejor de todas esas acumulaciones de la historia de lucha de nuestro país.

Vivimos un hito histórico él y yo como expresiones de unas generaciones de luchadores sobrevivientes y nos tocó la suerte y la alegría de ver y participar de este inicio del proceso de cambio y transformación con la llegada al gobierno de Petro y la Francia Márquez,  con la juventud, las negritudes y las nuevas ciudadanías. Por fin tuvimos la oportunidad y posibilidad de “poner en práctica” todas nuestras carretas, sueños y locuras tan largamente trabajadas, de acercar la utopía y la esperanza, aunque la vaina sucediese ya al  atardecer de nuestras vidas.

¿Estaremos aprovechando como debe ser ésta oportunidad de la vida y de la historia? Petro, la Márquez y las fuerzas que están allí, estarán abriendo los espacios para quienes tienen la capacidad de dirigir y aportar? ¿Se estará acogiendo el talento, la inteligencia, la experiencia, las acumulaciones, los liderazgos…como tiene que ser?

Aunque todo aquello del “poder y gobernar” es tan jodido, sobre todo la primera vez, siento que hay cosas que no encajan, hay vacíos inexplicables, hay desacuerdos innecesarios y falta de consensos y de piña, hay ritmos y relatos distintos, hay muchos intereses en lugar de ideas…etc. De allí que considere que Vladimir y gente como él,  tan necesarias para garantizar rumbos y consolidar procesos, está siendo dejada al margen, no aprovechada o subutilizada, es mi impresión ojalá esté equivocado.

Sin embargo y a pesar de esto, Vlady siempre fue un optimista empedernido y un ser  de esperanza, lo cual me tranquilizaba, porque su mirada y conocimientos podían medir mejor este tinglado y proceso.

Me alegró mucho que Petro twiteara haciendo el reconocimiento a la persona y trayectoria de Vladimir, no tengo claro si hay articulación y juntanza con el gobierno, pero considero que debe estar jugando este partido, el tanque de pensamiento que es el zabalismo y su vasto trabajo y equipo social.

¡Hasta pronto, mi estimado Guadalupe Nieves!

@Rukanata

Sabadell, 01/08/2024.

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