—Ya sé por qué a los medios de comunicación de carácter nacional no les interesa lo que suene a regional, a provincia, a cultura colombiana ni a folclor —comentó doña Nati—; a personas con tanto nivel de audiencia en sus programas, pero con tan bajo nivel de conocimientos y de seso, como Luis Carlos Vélez, todo lo que se haga desde la periferia les parece intrascendente, como dijo Laura Ardila en su última columna.
—Pues yo no sé quién será esa muchacha Laura —replicó enseguida Maurén—, pero debe ser una resentida, porque Luis Carlos es muy lindo. Yo no lo escucho nunca, porque a mí me gusta es Olímpica y Tropicana, que me ponen de todo, pero mis amigas dicen que él es muy lindo y que habla con una voz muy sensual: todo un líder, todo un personaje, así como su papá.
—Esa es parte importante del problema, Maurén, que personas como Luis Carlos Vélez, que llegan a manejar una audiencia enorme por el único mérito de ser hijos de su papá, deciden, motu proprio, sin fundamento profesional y con una ignorancia evidente, que el cubrimiento de lo que pueda considerarse hecho informativo depende más de su trascendencia mediática y espectacular y de sus posibilidades de conseguir “me gusta” que de la trascendencia real del hecho por sí mismo; que todo es plata, y que es mejor pensar en la Champions League que en la COP 16; y que él sí, pero Telepacífico… uy, qué oso.
—¿Qué pasa con esto que llaman “periodismo”? —intervino el ilustre profesor Gregorio Montebell—; ¿será que le está pasando lo mismo que al vallenato, que dejó de ser vallenato, desfigurado y sin gracia, pero lo visten de acordeón, caja, guacharaca, y listo? Entonces todos estos bobalicones con el poder del micrófono quieren meterle al país el cuento de que están haciendo periodismo, cuando lo que hacen es mercadeo bajo y proselitismo político de la manera más vulgar. Definitivamente, salió de allí Juan Gossaín por dignidad y esa empresa se fue a lo más bajo. Como si fuera una estrategia de medios: menos periodismo, más grosería; menos investigación, más opinión sin fundamentos. Ahí tenemos ejemplos claros: Luis Carlos Vélez, Néstor Morales, Victoria Eugenia Dávila… Ah, José Manuel Acevedo, que con su última entrevista cayó hasta el fondo. Qué vergüenza que este sea el periodismo que se está consumiendo en Colombia. Qué vergüenza que estos personajes se hagan llamar “periodistas” y, peor aún, que estén arrastrando a tanta gente al abismo; porque los medios de comunicación son instrumentos de poder muy fuertes, y el poder en manos de la ignorancia es la barbarie. En eso estamos; así estamos. Así vamos… mal, muy mal.
@PunoArdila
Todo lo escrito es la verdad, que ignorantes, periodistas como los citados, claro que hay muchisimos mas, no se debe decir que lo son. Ellos estan esclavisados por sus duenos, es decir sus patrones y patrocinadores. Nos referiremos a simples locutores.
Gracias.