Cuando Mancuso quiso matar a Petro

Por Redacción PARES, en alianza informativa con EL UNICORNIO

Hace veinte años Salvatore Mancuso era un depredador en el departamento de Córdoba. Arrebató vidas, tierras. Desapareció personas. Ahora, dos décadas después, el excomandante paramilitar regresó como gestor de paz. Estuvo en Montería, donde no sólo intercambió sombreros con su antiguo enemigo, Gustavo Petro, sino que lo acompañó a devolver 8.430 hectáreas.

Petro fue a finales de julio del 2004 uno de los pocos senadores que no aplaudió la llegada al congreso de Mancuso con otros dos jefes de las AUC, Ernesto Baez y Ramón Isaza, orquestada con bombos y platillos por el gobierno de Álvaro Uribe. Paradójicamente, los que se les rendían a los pies a Mancuso hace veinte años, cuando era uno de los señores de Colombia, ahora critican al presidente por preferir el perdón a la justicia.

Mancuso llegó al coliseo Miguel ‘Happy’ Lora de Montería con guayabera y rodeado de escoltas, invitado por el gobierno. Leyó su discurso en una tabla Apple y les pidió perdón a sus víctimas. Mancuso está decidido a la verdad y a reparar. Hace poco, junto a la directora de la Unidad de Víctimas, Lilia Solano, denunció que más de cuatrocientas propiedades que entregó a la gente que le quitó todo y que devolvió en 2007, se habían perdido. ¿Qué había pasado durante el último periodo del gobierno de Uribe para que sucediera esta aberración?

El evento fue tendencia nacional porque era la primera vez que Mancuso se presentaba en público al lado del presidente. Con Petro no sólo tenían diferencias ideológicas. A principios de este siglo, cuando más de la mitad del Congreso se vendió a los paramilitares, Petro como senador se mantuvo en sus trece y usando el concepto de parapolítica, que desde la Corporación Nuevo Arco Iris impusieron los investigadores León Valencia y Laura Bonilla, desenmascaró a los pesos pesados del gobierno Uribe que habían pactado con los paras. Entre ellos su propio primo, Mario Uribe. En gran parte por esto, Mancuso también un día pensó en matar al entonces senador de la República.

Así lo confesó desde la cárcel de La Picota al periodista Hollman Morras, a quien le dio una entrevista exclusiva para RTVC en marzo de 2024. Horas antes de que se encontrara por primera vez con Petro en la Casa de Nariño, confesó que “en su momento, planeamos atentar contra la vida del presidente Gustavo Petro”.

A finales del siglo XX José Miguel Narváez, quien fuera director de inteligencia del DAS durante los años de Uribe, le llevaba a los paramilitares listas con colombianos sospechosos de ser colaboradores de la guerrilla. Entre ellos estuvo Jaime Garzón, quien fue asesinado. Otros, como Piedad Córdoba, fueron secuestrados y estuvieron a punto de ser ejecutados. Petro estaba en esa lista. Afortunadamente, nunca sucedió nada.

Entre las buenas noticias que dejó el evento fue el anuncio de Petro que reactivaría la mesa de negociación con los paramilitares, convencido de que el proceso de paz con Uribe estuvo incompleto porque “Uribe traicionó a los paras”.

Jamás olvidaremos que Mancuso fue el causante de más de 2.000 crímenes y que Córdoba fue uno de los lugares donde con más fuerza pegó el huracán paramilitar. Para los que están preocupados por la justicia que debería recaer sobre Mancuso, el pasado 3 de octubre la sala de justicia y paz de Barranquilla informó que los procesos en contra del excomandante paramilitar fueron reasumidos por la entidad, gracias al fallo dado por la Corte Constitucional.

Ayer ganaron las víctimas, que tendrán el consuelo de la reparación y de haber visto los ojos del verdugo llenos de culpa pidiendo perdón.

@IvanGallo78

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