“Puedes pagarme con tu cuerpo” 

A pesar de que la frase resulta intimidante, desafiante y vulgar, está perfectamente “naturalizada” en una sociedad patriarcal, machista y misógina como la colombiana.

El cuerpo de la mujer históricamente en Colombia se asumió y se asume aún como un botín. Los combatientes legales e ilegales entendieron que la mejor forma de golpear al enemigo era violando a sus mujeres. Entonces, hubo empalamientos y violaciones como formas de dañar la moral del enemigo.

También es visto el cuerpo femenino como un objeto de conquista como si se tratase de un territorio. El “discurso del amor” impulsó acciones, hechos, actitudes y narrativas que retan a los machos a tener que “asediarlas, enamorarlas, conquistarlas y endulzarles el oído”, mientras se alcanza el objetivo final: penetrarlas y exhibirlas como trofeos, en medio de un competido mercado. Y todo para reducir su capacidad de discernir, asumiéndolas como menores de edad, en un proceso sistemático de infantilización.

La publicidad sexista hace parte de esas discursividades que, atadas a la cultura machista y patriarcal, facilitan la producción y reproducción de la idea de que el cuerpo de la mujer, en sí mismo, deviene con un valor transaccional como el que acompaña a la frase que, según la Representante a la Cámara, Ingrid Aguirre, le expresó César Lorduy, presidente del Consejo Nacional Electoral (CNE).

Ahora que la denuncia alcanza notoriedad mediática se espera que la Fiscalía, orientada hoy por una mujer, adelante las actividades pertinentes para esclarecer los hechos y los señalamientos de acoso sexual que arrastra Lorduy, el mismo consejero del CNE que ordenó investigar al presidente Petro, lo que constituye una clara violación a su fuero presidencial.

Llama la atención las pocas muestras de solidaridad por parte de hombres públicos frente a la asquerosa insinuación del señalado político. El presidente Petro pidió su renuncia, pero el silencio de Vargas Lleras, jefe político de Lorduy, resulta grotesco y escandaloso. David Luna, agente político de Cambio Radical y quien está jugando a convertirse en un faro moral y ético, también aguarda en silencio la evolución de la denuncia, cuando bien podría rechazar la ramplona propuesta de Lorduy.

Al dejar solas a las mujeres para que entre ellas expresen sororidad, los hombres terminamos por validar el sentido mercantil que la sociedad colombiana le atribuye al cuerpo femenino.

@germanayalaosor

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