Cuando hablamos de cine de terror, es inevitable recordar películas y directores que marcaron un hito en este género: cintas como Psicosis (1960) del maestro Alfred Hitchcock y su impresionante vuelta de tuerca al final, o El exorcista (1973) de William Friedkin, polémica por el increíble realismo en la posesión demoníaca y la credibilidad de la trama, cuyas escenas han quedado inmortalizadas para siempre.
Se acerca la noche de Brujas, también conocida como Halloween, y los especiales de terror no se hacen esperar. Por eso hoy traemos tres películas de este género para maratonear. Aunque no son clásicos, dado su reciente estreno, son piezas que tratan de alejarse de un formato repetido y cuentan algo nuevo, al margen de tantos clichés.
Comenzamos con Hereditary (2018) del director Ari Aster. Trata sobre una familia que asiste al funeral de la madre de la protagonista, una matriarca misteriosa cuya sombra pesa en cada miembro sobreviviente, y deben enfrentar un accidente que termina de romper la unidad familiar. Si algo caracteriza el estilo de Aster es que la historia juega un papel importante en la película, el terror no surge de saltos o apariciones inesperadas, sino de pequeños detalles sólo percibidos por los personajes, quienes junto al espectador sienten que algo no está bien a pesar de la aparente normalidad. Por Netflix.
Segunda: De noche con el diablo (2023). Delroy es un conductor de show nocturno en 1977, cuyo programa otrora exitoso se encuentra en descenso y en peligro de ser cancelado. Desesperado, decide invitar en la noche de Halloween a un espiritista, un escéptico, una parapsicóloga y una sobreviviente de un suicidio colectivo satánico. Filmado como falso documental, poco a poco las cosas empiezan a salir mal en el show y, en una época en que la mayoría de las películas abusan del scare jump, esta cinta se toma su tiempo para introducir el terror y caos. Por Netflix.
Y finalmente La sustancia (2024) del género del body horror: una estrella de cine sesentona, consciente que por su edad está siendo desplazada, decide someterse a un tratamiento extremo que promete una mejor versión de sí misma, para volver a la cima. Sin embargo, debe respetar unas reglas que, obviamente… incumplirá. La cinta pone sobre la mesa varias capas argumentativas, como la complejidad de envejecer, el rechazo y la sexualización del cuerpo femenino. Debo decir que quien haya pensado que Demi Moore está en decadencia, necesita ir al oculista con urgencia. En cines.
En el género de terror encontramos por igual posesiones demoníacas, angustia psicológica o deformaciones corporales. Estas tres películas nos acercan a ese cine clásico, pero también marcan tendencia dentro de una categoría difícil, en un mundo interconectado con redes sociales. Por eso el terror ya no se queda en las sombras y la noche… y no siempre aparece encarnado en demonios.