En defensa de Benedetti en Palacio

Por RODRIGO ZALABATA VEGA

La izquierda religiosa se está dando golpes de pecho por la llegada del ‘demonio’ Benedetti al altar ideológico en que quieren convertir el gobierno de Petro los mismos que, como cruzados laicos, marchan a consagrar en sitio sagrado la presidencia en el palacio de Nariño. Olvidan, por dogma y fe doctrinal, que Petro ganó la presidencia por el pragmatismo de su programa de gobierno reformista y no por invitar a fundar un nuevo régimen político estatista, algo a lo que querían llevarlo a fuerza de acusaciones sus contradictores para tener el enfoque que querían pintar de él, el de un tipo ideologizado con ideas comunistas.

Precisamente por ello, Petro hizo parte de su propuesta de gobierno aquella idea de Álvaro Gómez del «acuerdo sobre lo fundamental» que comprendía hacer efectivos los derechos esenciales, consagrados en la Constitución y reeditados en sus proyectos de ley, para lo cual, en su trámite legislativo y ejecución, había que convocar a otras fuerzas políticas que hicieran parte del gobierno del cambio, con otra forma de asumir la política, delegada directamente del pueblo. Bajo esa idea llegaron a la campaña personajes como Benedetti, Roy Barreras, pastores cristianos y líderes sociales de distintas vertientes. Por la misma razón, llegaron representantes de otros partidos, como Alejandro Gaviria, a ministerios y altas dignidades.

¿Qué diferencia hay entre el Benedetti que fue aceptado en la campaña (en la que jugó un papel fundamental según el mismo Petro) y el Benedetti que llegó al gobierno? Ninguna. Solo que al principio se le puso a orbitar por fuera del país, en la embajada de Venezuela y en la FAO, lo cual hacía sentir a los fundamentalistas de la izquierda anacrónica que operaba por fuera de la iglesia ideológica ortodoxa de palacio, que vendría a ser su paraíso terrenal sin pecado. Ahora que lo ven llegar Palacio es que lo sienten contaminado, pero es el mismo.

La izquierda anquilosada que se predica atea no logra entender que la política es de seres humanos, no de ángeles. La ceguera ideológica los hace ver igual a cualquier fanático religioso, para quienes un pecador no puede entrar a su reino si antes de salvarse no se condena.

La derecha, por su parte, pragmática, hace de la política una suma de intereses individuales. Así no tienen que asumir ninguna responsabilidad ideológica, ni siquiera de partido. En Colombia gobernaron por 200 años luego fundada la República, y nunca reconocen que entregaron el tercer país más desigual del mundo. Solo se acusan de malos gobiernos entre ellos, antes de repartirse su nuevo gobierno bipartidista, asumido de consuno como un portafolio común de negocios.

A Benedetti ya lo tuvieron entre ellos, y entonces lo celebraban como un tipo auténtico. Ahora reciclado en la izquierda, les parece falso. Pero están esperando que el gobierno actual lo bote con sus votos, para recogerlo, regenerado, y ponerlo a hablar contra Petro.

Con lo que no contaba la derecha es que Petro, con la inteligencia suficiente para no pecar de fanático, aprendió a jugarles en su terreno, lo que les saca la piedra, quedándose con el pecado y sin el género. Como en el pasaje bíblico están tan prostituidos, que, aunque quisieran lapidar a Benedetti, nadie podrán tirar la primera piedra.

@RodrigoZalabata

Sobre el autor o autora

Social media & sharing icons powered by UltimatelySocial