En su condición de integrante de la Comisión Asesora de Relaciones Exteriores, el expresidente Ernesto Samper Pizano envió una carta al presidente Petro con algunas consideraciones sobre el manejo de las relaciones bilaterales con el próximo gobierno de Venezuela.
Señor presidente Gustavo Petro:
De la manera más atenta, en mi condición de integrante de la Comisión de Relaciones Exteriores, me dirijo a Usted en esta fecha, 17 de diciembre, cuando se conmemora el fallecimiento del Libertador Simón Bolívar, para proponer la definición de un nuevo marco de relaciones con el próximo gobierno de Venezuela. Este nuevo relacionamiento debe reconocer el carácter «especial» de los lazos que unen a ambos países, y, al mismo tiempo, mantenerse al margen de tomar partido por alguno de los extremos de la polarización ideológica que hoy divide la opinión pública en los dos países.
Es indispensable que las relaciones entre Colombia y Venezuela se desarrollen entre Estados y no entre gobiernos, además que sigan principios como lo ha hecho México con su doctrina Estrada -no injerencia en asuntos internos de otros Estados-.
Además, estas renovadas relaciones bilaterales deben basarse en el reconocimiento de los profundos vínculos históricos y sociales que unen a Colombia y Venezuela. Ambas naciones comparten responsabilidades comunes, como garantizar el bienestar de los tres millones de migrantes venezolanos que residen en nuestro territorio, así como de los dos millones de colombianos que viven en Venezuela. También resulta prioritario atender las necesidades de los aproximadamente dos millones de habitantes de la extensa frontera compartida.
Por otro lado, la redefinición de nuestras relaciones permitiría consolidar los beneficios de la reactivación comercial, cuyo intercambio ya se aproxima a un billón de dólares. Para Colombia garantizar el suministro de gas natural también se presenta como un objetivo estratégico, así como blindar los procesos de Paz Total que actualmente cuentan con el decidido apoyo de Venezuela como país garante.
La propuesta de este marco incluye garantizar el respeto de los derechos de la oposición venezolana, y promover un acuerdo nacional que permita avanzar hacia el reequilibrio constitucional de poderes en Venezuela, como lo intentamos cuando ocupé la secretaría general de UNASUR.
Por último, este nuevo enfoque de relaciones debe preservar el papel facilitador que ha venido jugando su gobierno en el acercamiento del hermano país con Estados Unidos, incluida la eliminación de las sanciones unilaterales internacionales impuestas por Estados Unidos y la Unión Europea, y que actualmente afectan de manera grave al pueblo de Venezuela, profundizan la crisis migratoria y dificultan la gobernabilidad democrática, como quedó evidenciado en las recientes elecciones.
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