El escritor y columnista Julio César Londoño aseguró en columna para El Espectador que aunque más del 50 por ciento de los usuarios de servicios públicos y arrendatarios han cumplido con sus obligaciones, la respuesta de los bancos y los grandes proveedores sigue siendo mezquina.
“No hay una sola condonación de deudas, ni exención de intereses, ni rebaja de tarifas por parte de empresas que llevan decenios obteniendo jugosas ganancias”, afirma Londoño.
En referencia al Gobierno de Iván Duque, señala que “reparte panelas entre los pobres y billones entre los poderosos. Colpensiones asume cargas de los fondos privados. Varios funcionarios abogan por el salvamento, con recursos de la nación, de una aerolínea que tributa en un paraíso fiscal. Mientras los bancos y las EPS reciben gabelas suculentas, los hospitales públicos pasan afugias. En una exhibición obscena, la Presidencia de la República y los magistrados estrenan camionetas de alta gama. Minagricultura creó un fondo de ayuda para los agricultores, ¡y dos horas después ya estaba convertido en una nueva versión de Agro Ingreso Seguro!”.
Por último, opina que se debería entrar en cesación de pagos y reservar la liquidez para lo indispensable, para comprar alimentos, preferiblemente en la tienda del barrio y que los demás pagos esperen incluso el de la salud, un servicio que nunca ha brillado por su calidad, concluye.
(Lea la columna completa aquí).