En medio de la incredulidad que hay por los servidores públicos, se destaca el papel desempeñado por Andrés Barreto, quien está al frente de la Superintendencia de Industria y Comercio (SIC). A Barreto no le ha temblado la mano para sancionar a grandes empresas colombianas por distinto tipo de irregularidades.
Esta semana le tocó el turno a la tradicional Postobón, propiedad del empresario Carlos Ardila Lülle, a la que se le impuso una multa de $1.667.825.700 por publicidad engañosa en la publicidad de su producto Hit.
La SIC consideró que eran un engaño las piezas publicitarias que hablaban de “Elige Hit, la fruta de verdad”, o “contiene dos veces más fruta que otros productos del mismo sabor de la categoría refrescos de fruta”, o “lo natural es un Hit”.
Además, la empresa de gaseosas y refrescos incumplió con la obligación de evitar el uso de imágenes y expresiones visuales que no corresponden a la realidad del producto.
En un país donde hasta ahora los congresistas no han sido capaces de meterse con las empresas del Grupo Ardila (financiador de campañas de muchos políticos), para imponer el IVA a las gaseosas que producen obesidad y diabetes en los niños, es plausible que una entidad como la Superintendencia sancione a una empresa de ese grupo, aunque ellos ya preparan su defensa.
La semana pasada el mismo Barreto sancionó a la Federación Colombiana de Fútbol, a varios de sus directivos y a 17 personas naturales con una multa de más de 18.000 millones de pesos, por la reventa de boletas. Aunque la Fedefútbol tuteló la medida, esta semana la Sala Disciplinaria del Consejo Seccional de la Judicatura la declaró improcedente.