Ni se acata, ni se cumple

Descache ministerial
de arrogancia desbordada.
Mejor dicho, ¡qué embarrada!
y no lo tomen a mal.
Por orden presidencial,
el ministro de Defensa,
en la tele hizo presencia,
para espetar, muy orondo,
que como él es muy verriondo,
no le jala a la obediencia.

«Y si la Corte me ordena,
yo, a cambio, le doy garrote;
que me volví chafarote
frente a la orden ajena.
Asumí como faena
ser del “Gran Jefe” calancho.
respaldado por el chancho,
no acepto esos magistrados,
que a nombre de un tal Estado,
quieren meterse a mi rancho.

¿Cómo así que la protesta
la tengo que respetar,
y que debo tolerar
la guachafita funesta?
A mí esos no me hacen fiesta,
porque las medidas tomo,
y, sin prudencia en asomo,
a la vándala manada,
le saco la gente armada,
para que la coja a plomo».

UUUUY, tranquilo presidente,
tómese la valeriana;
deje la costumbre insana
de atropellar a la gente.
¿Es difícil ser prudente?
Le pregunto aquí entre nos
y que quede entre los dos:
¿difícil pedir perdón?
Mire que ese es un buen don
que dicen, viene de Dios

Pues venga de donde venga,
así me vaya al infierno,
no es posible que convenga,
que pedir perdón yo tenga,
solo al presidente eterno.

GERARDO MARTÍNEZ MARTÍNEZ

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