Se suponía que si era elegido Iván Duque en lugar de Gustavo Petro, estaríamos lejos de una “venezolanización” de Colombia. Sin embargo, hay señales que demuestran lo contrario y que infortunadamente, si no hay un freno en el camino, estaremos en la misma situación del vecino país en un futuro no muy lejano.
Los dos mandatarios, Maduro y Duque, están en sus puestos debido al apoyo de sus padrinos políticos. Maduro en el Palacio de Miraflores, gracias a una frase de Hugo Chávez que resultó definitiva: “si algo ocurriera, elijan a Maduro como presidente”. Y Duque habría seguido como un anónimo senador del Centro Democrático si no hubiese contado con la catapulta llamado Álvaro Uribe.
Luego de elegidos Maduro y Duque, se volvieron virales, no por su buena gestión sino en gran parte por sus desafortunados -y de paso jocosos- comentarios. Estás los de Maduro: “Cristo multiplicó los penes”, “Las 35 horas del día”, “Entregamos 35 millones de libros y libras”, “Simón Bolívar quedó huérfano de esposa”, “No dudé ni un milímetro de segundo”, “Demasiada coincidencia que maten a alguien y al día siguiente esté muerto”.
Aunque estas frases dejan serias dudas sobre su capacidad intelectual del hablante, Duque no se quedó atrás. Solo lleva un año en el poder y ya tiene sus propias perlas: “Le mandó muchas saludes su gran amigo el presidente Uribe” (al Rey de España); “Porque siete es un número importante para la cultura. Tenemos las siete notas musicales, las siete artes, los siete enanitos. Mejor dicho, hay muchas cosas que empiezan por siete” (ante la Unesco); “Hace 200 años el apoyo de los padres fundadores de los Estados Unidos a nuestra independencia fue crucial” (a Mike Pompeo en Cartagena); “Colombia se va a convertir en el país de los grandes unicornios en tecnología” (En Silicon Valley). De esta última frase, surgió el nombre del medio digital que usted
El dólar en ambos países se trepó a cifras históricas. Mientras en Venezuela el cambio oficial llegó a puntos tan altos que Maduro piensa en dolarizar la economía, en Colombia -aunque estamos lejos de la dolarización- en algún momento la divisa alcanzó a superar la cifra de los 3.500 pesos y siempre se ha mantenido en un precio muy alto.
Otra señal son las grandes protestas y manifestaciones, frecuentes en Venezuela, hasta que la gente se aburrió de salir a la calle porque no pasaba nada. Todas ellas eran de carácter político, atacaban el mal gobierno de Maduro y muchas de ellas terminaban en desmanes o con problemas de orden público. Aquí ya desde el pasado 21N ya estamos en la misma tónica, las marchas se originaron por lo que también se considera un mal gobierno, y al final de la jornada se presentaron graves disturbios.
Precisamente fue al final del paro del 21, ya en horas de la noche, cuando se inició el cacerolazo en Colombia como forma de protesta. En muchas ciudades capitales e intermedias la gente se “rebeló” golpeando una olla con una cuchara.
Hablamos por supuesto del mismo cacerolazo que desde el 2001 hasta el 2012 se “institucionalizó” en Venezuela, primero contra Chávez y luego contra Maduro. Aunque se debe reconocer que su verdadero origen se remonta a Chile, donde mujeres de clase alta salían a las calles con estos utensilios para protestar por la escasez de alimentos en los supermercados durante el gobierno de Salvador Allende.
Los anteriores hechos parecen demostrar que Colombia está siguiendo “con paso firme” el mismo camino de Venezuela. Lo curioso es que ocurre bajo un régimen por completo diferente -al menos en apariencia- al que llevó a los paisanos de Simón Bolívar a su actual situación.
Hay además una diferencia, nada pequeña: la persona que estaba detrás de Maduro y que lo hizo elegir ya descansa en paz, mientras que quien puso a Iván Duque aún mueve los hilos de su marioneta y de buena parte del país.