Pelean Pastrana y Samper
por las elecciones gringas.
Tan pronto pasó la minga
se agarraron a joder.
Los dos viudos del poder,
opinan sin ton ni son,
con sus frases de cajón.
Juntos se cogen a palos
y, si se acusan de malos
ambos tienen la razón
“Usted mendiga la visa”,
le tuitea Andrés a Ernesto:
“gran bojote deshonesto”
con maledicencia atiza.
“En eso no tengo prisa”,
le responde el aludido,
que de todos es sabido
que su visa para entrar,
es para allá visitar
a parientes recluidos.
“Un burro hablando de orejas”,
-grita el delfín bogotano-
“de coca no hable, paisano,
que en usted es cosa vieja.
Allá le tienen la queja
y, aunque mucho le duela,
carga usted la secuela
de aquella plata malvada,
en la cajita morada,
de Rodríguez Orejuela”.
Así, entre elogios y dichos
de gobiernos fracasados;
recordaron su pasado
expresando sus caprichos.
Se cayeron de sus nichos
por mandatos malhadados.
Ya no son bien recordados
y la multitud les grita,
que lo mejor, ahorita,
es que se queden callados.
Si quieren ese debate
(«¿cuál de los dos fue más malo?»)
acudimos al rescate:
que seguro en un remate
regalados salen caros.
GERARDO MARTÍNEZ MARTÍNEZ