Desde que comenzó el paro nacional, la Fundación para la Libertad de Prensa (FLIP) ha documentado que 32 periodistas han sido agredidos, cifra que se convierte en récord histórico como una de las jornadas más violentas contra los comunicadores.
De las 32 agresiones que la FLIP registró, en 19 ocasiones la Policía Nacional fue el agresor. Esta cifra convierte a esta institución en el máximo agresor contra la prensa durante el cubrimiento del Paro.
Varios de los casos en los que la prensa fue atacada por miembros de la Policía Nacional ocurrieron como consecuencia de que los reporteros grababan procedimientos policiales irregulares o después de que registraran a los uniformados en medio del enfrentamiento con los manifestantes.
También hay agresiones que buscan que el cubrimiento periodístico sea interrumpido de manera definitiva. La FLIP documentó seis detenciones arbitrarias a comunicadores. Además, en cinco casos hubo daño o robo del equipo periodístico, lo cual les impidió continuaran con su trabajo informativo. Tres de estos casos fueron ocasionados por desconocidos, dos por la Policía. Además, se presentaron siete casos de robos o eliminación del material periodístico.
Además, hubo amenazas contra periodistas que buscaban intimidar el trabajo de los medios. Dos casos ilustran lo sucedido. El primero ocurrió después de que de manera irresponsable se difundiera información no confirmada que relacionaba a un periodista de Caracol Noticias con un grave mensaje antiprotesta. Pese a no tener pruebas que sostuvieran tan peligrosas insinuaciones, el mensaje tuvo una amplia difusión, en parte gracias a que figuras públicas como el senador Gustavo Petro lo replicaran en sus redes. Luego de las amenazas recibidas por el periodista y el equipo, el canal tuvo que retirar a algunos de sus reporteros de puntos críticos de cubrimiento.
De otro lado, 11 de las 32 agresiones afectaron a periodistas independientes, quienes suelen ser más vulnerables en este tipo de escenarios. En todos los casos los reporteros fueron agredidos a pesar de estar identificados como Prensa.
La FLIP destaca que los registros en video hechos por ciudadanos en distintas partes del país fueron determinantes para exponer las agresiones de la fuerza pública. Al pasar por los procesos de contrastación de información en las salas de redacción, se convierten en valioso insumo periodístico. Por eso hace imperativo que el Estado proteja y garantice el cubrimiento ciudadano de la protesta, como fuente para los reporteros.
Por tal razón la FLIP considera que el paro nacional, del 21 al 23 de noviembre, ha dejado un número récord de agresiones contra la prensa durante el cubrimiento de la manifestación. Hay que tener en cuenta que en 2013, durante el paro agrario, la fundación documentó 24 agresiones a lo largo de 75 días, que afectaron a 44 periodistas.