José Gregorio Hernández Galindo fue presidente de la Corte Constitucional y constantemente es consultado sobre asuntos constitucionales en diferentes ámbitos; en esta ocasión habló con El Unicornio sobre la actual situación del país. Nos ofreció su conocimiento jurídico para mostrarnos un camino diferente hacia una posible solución pronta a la crisis que vive el país. Aquí puede ver la entrevista completa:
Considera que la presencia de la Comisión Internacional de Derechos Humanos (CIDH) en Colombia no va a proferir, como muchos creen, un fallo sobre si en Colombia se violan o no se violan los Derechos Humanos. “No, aquí tenemos unos delegados que culminarán con una referencia muy general, con una rueda de prensa o algo por el estilo para decir qué han encontrado en el curso de esta visita. Pero no por ello deja de ser trascendental”.
En cuanto a las manifestaciones que ya llevan más de un mes y que hacen parte del paro nacional, Hernández afirmó: “No estaba yo muy de acuerdo con la salida de una cantidad de gente en aglomeraciones para protestar en medio de esta pandemia que está en el pico más alto, pero sí entendía que alguna manifestación debería haber frente a los acontecimientos. Y hemos visto que los motivos de descontento se han incrementado, así como las violaciones de derechos humanos. Ha habido personas muertas y desaparecidas, no sabemos su número exacto. El Gobierno no ha asumido una responsabilidad, ha habido capturas que se alejan de las exigencias constitucionales, sin orden judicial y sin que sea el caso de una flagrancia, ha habido torturas y en algunos casos violencia sexual. No entiendo cómo se puede controlar el orden público con violencia sexual.
Aunque vio el otro lado de la moneda: “también ha habido violencia del otro lado, no de los que protestan pacíficamente, sino aquellos que se infiltran en las marchas y terminan en actos vandálicos en la ruptura de unas condiciones de convivencia sana. La protesta es un derecho fundamental, garantizado en la Constitución, como está garantizada la libertad de reunión, la libertad de expresión, la oposición y cualquier ciudadano puede estar en contra de cisiones oficiales, pero tiene que manifestarse pacíficamente y eso es lo que dice la Constitución”.
El jurista también nos habló de un decreto que no ha sido cumplido por el Gobierno. “Un decreto firmado en enero del presente año por el Presidente de la República y el entonces ministro de Defensa, el infortunadamente fallecido Carlos Holmes Trujillo, en desarrollo de una sentencia dictada por la Corte Suprema de Justicia Sala de Casación Civil, estableció unas reglas cuando se tratara de manifestaciones para garantizar el derecho a la protesta. Hubo unos precedentes de noviembre de 2019 y también en septiembre de 2020, cuando murieron personas en esas épocas. La sentencia de la Corte Suprema estableció unas reglas básicas y dispuso que el Gobierno debería dictar un estatuto, ese estatuto lo dictó el Gobierno Duque y se dio prelación al diálogo sobre la violencia. Es más, dijo expresamente que las autoridades no podían hacer uso de armas de fuego en el curso de las manifestaciones. Y qué es lo que hemos visto, que han hecho uso de armas de fuego, es decir, el estatuto que el propio presidente firmó no lo ha cumplido la fuerza pública. Eso ha generado la reacción de la gente y una cosa está unida a la otra”.
Asimismo, aseguró que la solución es la negociación, la conversación pacífica. No se puede tratar por parte del Gobierno con autoritarismo, ni por parte de grupos que no sabemos su origen con violencia, ejerciendo el vandalismo. “Pero querer resolver todo a las malas, con una actitud violenta. En lugar de decir, vamos a sacar al Ejército para que cumpla funciones en la ciudades, funciones que son propias de la Policía, y esa actitud amenazante, desafiante, eso es autoritarismo, es un exceso. Yo no estoy de acuerdo con el autoritarismo, me parece que estas cosas deben ser tratadas en el ejercicio de la autoridad. Los marchantes, los manifestantes pacíficos no tienen por qué ser afectados por la autoridad, en cambio los violentos sí. Y fuera de eso, para completar el panorama, tenemos que hay unos particulares que han decidido sacar armas y disparar contra la multitud, unos civiles que no tienen por qué estar portando armas, ni armas de verdad ni de juguete, ahora salieron con la disculpa de que las armas que han usado son de juguete, si fueran de juguete no habrían matado a nadie”.
Como exmagistrado, no está de acuerdo con los que quieren acabar con la actual Constitución: “a sus 30 años hay algunos que han hablado de convocar una Constituyente. No es el momento, porque la Constituyente tiene que ser convocada por el pueblo en las urnas. La Constitución es lo que se ha venido incumpliendo, lo que tenemos que hacer es cumplir la Constitución. Es lo que hay que hacer y la Constitución se comienza a cumplir en el momento que el Gobierno entienda que este es un Estado Social de Derecho”.
Tampoco está de acuerdo con más reformas: “Llevamos 56 reformas introducidas a la Constitución de 1991, la mayor parte de interés politiquero de quien está gobernando y quiere reelegirse. Entonces reformemos la Constitución para poderme reelegir; después dice el otro yo quiero reelegirme, pero después acabemos con la reelección y modificaron la Constitución en ambos casos, uno para hacerse reelegir, y el otro para ya reelegido no permitir que otro sea reelegido. Hemos manoseado la Constitución”.
El abogado y jurista estaría de acuerdo con algunos ajustes a la Carta Magna: “Como que el Gobierno no sea el que terna o que postula a las cabezas de los órganos de control, al procurador, al fiscal, al defensor del pueblo, que sean elegidos ojalá por concurso de méritos. Yo no estoy mencionando casos actuales sino hipotéticos, qué tal un fiscal o un procurador que siguiera las directrices del Gobierno, eso tiene que ser independiente, lo mismo que las altas cortes de justicia, tienen que ser independientes, autónomas”.
Menciona cómo los auxilios parlamentarios que habían sido proscritos por la actual Constitución por facilitar la corrupción han sido remplazados por otro tipo de figuras: “hemos visto que la moción de censura nunca va a prosperar, porque a diferencia de lo que ocurre en los regímenes parlamentarios, donde el parlamento es independiente y le puede retirar el apoyo a un ministro o al Gobierno en su totalidad y esa es la censura, o puede también darle su apoyo, pero es el parlamento autónomamente el que decide. En Colombia no tenemos un Congreso autónomo porque el Congreso depende del Gobierno. ¿Y de qué depende? De la mermelada. El artículo 355 de la Constitución dice: Ninguna de las ramas u órganos del poder público podrá decretar auxilios o donaciones en favor de personas naturales o jurídicas de derecho privado. Entonces, ¿qué se han inventado? Hagámoslo con burocracia o con partidas presupuestales. Entonces si hay una moción de censura, recurramos al jefe del partido tal para que todo ese partido en bancada vote en favor del ministro y le pagamos con dos o tres ministerios”.
José Gregorio Hernández dio su opinión sobre el cambio que se le quiere hacer a la Policía: “En esta situación económica, ¿cuánto van a costar los nuevos uniformes y cuánto se pierde de los antiguos uniformes? ¿Con cambiarles el uniforme las cosas mejoran? Si van a hacer reformas a la Policía en este momento como lo anuncia el presidente será porque se han encontrado irregularidades, porque si no hubiera irregularidades, entonces diría ¿para qué voy a cambiar la Policía? Ahora, ¿qué se requiere reformar? Se requiere evitar abusos y quitarle a la Policía su carácter militar. La misma Constitución dice que la Policía es una institución de carácter civil, no es militar. Ellos no son militares ni deberían tener fuero militar”.
Por último, en cuanto a cómo ve el panorama hacia el futuro, expresó: “Para ser optimista, esto va hacia la realización del Estado Social de Derecho. En algún momento tenemos que llegar a eso, a realizar el Estado Social de Derecho, a cumplir la Constitución y a cumplir de manera auténtica con los derechos humanos, yo creo que vamos para allá. De lo contrario, si no hay espíritu democrático, si no hay una conciencia sobre la necesidad de mucha gente y de muchas regiones y si no hay una voluntad genuina del Gobierno, no para mostrar voluntad, sino de verdad una voluntad, pues vamos para el caos y eso sería altamente deplorable.