Por GERARDO MARTÍNEZ MARTÍNEZ
¡Que llegó una comisión!,
gritaron politiqueros.
Qué bueno ser los primeros
en repartir, ¡qué emoción!
Mas se les fue la ilusión
cuando por boca de un guache
supieron que había un gran bache,
pues la Comisión llegada
no era de plata anhelada,
si no la C.I.D.H.
Era aquella Comisión
que el gobierno no quería,
y a la que Martha Lucía
ponía trabas por montón.
En tiempos de corrupción
sobre el dinero hacen trato;
-eso se sabe hace rato-
y muchos se ilusionaron,
porque de una pensaron
en comisión de un contrato.
Porque hablar de comisión
en asuntos del Estado,
siempre el vulgo mal pensado
allí ve repartición.
Claro, causa conmoción
en esta sufrida grey,
que los que adulan al rey
cuenten que la coima fija,
no es la que el corrupto exija:
es tan solo “la de ley”.
Y recuerdan de inmediato
a un presidente gangoso,
que decidió hacer el oso
comenzando su mandato.
Dijo, medio turulato,
sin expresar emociones
a funcionarios aviones:
“ya tengo la solución,
bajaré la corrupción
a sus justas proporciones”
Lo vacunan ya
Vacunan este domingo
al obediente fulano
y grita el santandereano:
“¡el presidente es un pingo”!
“Ya no se haga más el gringo,
comience a gobernar pronto
antes de que suba el monto
del desprestigio a la luna;
porque la dicha vacuna
no corrige el ser tan tonto”.