Rotten es una serie documental de Netflix donde se expone el impacto que algunos productos tienen sobre el medio ambiente, la economía e incluso el orden público de las regiones y países donde se cultiva. Uno de los episodios de la serie estuvo dedicado al aguacate hass y mostró el gran problema que este fruto ha dejado en Chile y México.
Aunque allí no se muestra nada sobre Colombia no significa que no pueda llegar a pasar lo mismo con su cultivo en nuestro país.
Colombia produce algo más de 400.000 toneladas de aguacate de diversas variedades, lo que nos pone en los cinco primeros lugares de producción a nivel mundial. Sin embargo, la variedad hass es la única que se exporta. Según cifras del ministerio de Agricultura, desde fínales de 2019 las exportaciones crecieron el 37,6 por ciento, con ventas cercanas a los 90 millones de dólares.
Sin embargo, al igual que en Chile, en Colombia están comenzando a verse afectadas las fuentes de agua cercanas a los cultivos. Luis Carlos Serna, biólogo quindiano, advirtió que las afectaciones han llevado a la perdida de la cobertura vegetal de las laderas, lo cual disminuye la regulación hídrica y provoca que los ríos tengan mayores cargas de sedimentos.
Para no ir muy lejos, en Floridablanca acaba de presentarse una avalancha de lodo y sedimentos sobre un barrio exclusivo de esa ciudad debido a la deforestación ligada a la adecuación de grandes extensiones cercanas a cultivos agrícolas.
Serna hace parte de un grupo de ambientalistas que denunciaron a través de un comunicado las afectaciones, que también incluyen pérdida de especies que están dejando estos cultivos en el municipio de Salento, norte del Quindío.
En el comunicado, puesto a circular por diferentes líderes a través de redes sociales, cuentan que esos cultivos intensivos no sólo se están tomando las fuentes hídricas de la zona, propias del Distrito Regional de Manejo Integrado (DRMI), sino que han comenzado a prohibir que los campesinos circulen con libertad por caminos que antes eran transitables y ahora son de propiedad privada de las empresas que han invertido altas sumas en la producción a gran escala del aguacate Hass.
“Se pueden ver los destrozos que están causando en las montañas, en la vertiente derecha de la cuenca del río Navarco, una de las últimas fuentes de agua que quedan en el Quindío. La afectación también viene sucediendo en las fincas El Placer, El Brillante, La Arabia, San Luis, y las Aguas del mismo sector”, se expresa en el comunicado.
El ambientalista Diego Felipe Urrea, que hasta hace poco hizo parte de la CAR en el Quindío, le dijo a El Unicornio que en varias regiones el monocultivo de aguacate hass está afectando el subsuelo por la cantidad de agroquímicos que se aplican para su crecimiento. Aclara que el café también es un monocultivo, pero se hace de manera más artesanal y acompañado de otros productos.
“La afectación es más desde el punto de vista económico, ya que vemos que los precios del café son insignificantes para la cantidad de trabajo que tiene que hacer un campesino para obtener este producto. En cambio el aguacate hass, también llamado “el oro verde”, tiene más rendimiento en los mercados internacionales y muchas personas están cambiando el café por el aguacate”, advirtió Urrea.
Esto tiene como consecuencia que muchos aguacateros están comprando por elevadas cifras los predios donde antes se cultivaba café, a pesar de que muchos de ellos, según denuncia Urrea, aún no cuentan con los permisos necesarios para hacer las siembras.
En el mismo sentido se manifestó la congresista Aida Avella en entrevista con RCN Radio, donde afirmó que mientras para el cultivo del café en una hectárea se puede ocupar al menos a siete personas, para el negocio del aguacate Hass solo se requieren tres trabajadores en la misma extensión de terreno.
A este paso, no sería exagerado afirmar que el aguacate hass representa una amenaza para las fuentes de agua en el Quindío. Sumado a lo anterior, las exportaciones de café podrían comenzar a verse amenazadas por las ganancias que comienza a ofrecer el ‘oro verde’.
Es lo que hay.