La existencia de ovnis viene siendo predicada desde hace muchos años por unos señores llamados ufólogos, casi como si fuera una religión. Esas personas de manera por demás elocuente pretenden convencer al planeta entero sobre la «comprobación» de múltiples visitas de naves extraterrestres a nuestro planeta, con fotos y videos por lo general de baja calidad y un discurso lleno de ciencia ficción que complemente su «apostolado».
Por eso sorprende que en los últimos meses han comenzado a hablar de ovnis y señales de vida extraterrestre no sean estos charlatanes, sino funcionarios gubernamentales, políticos de gran rango y científicos de prestigiosas universidades.
Para el físico británico Stephen Hawking, no hay duda que de que hay vida en otros planetas, así sea microscópica. Pero advirtió que sería un desastre intentar contactar con alienígenas, pues, según declaró al canal Discovery, los extraterrestres podrían atacar la Tierra para robar nuestros recursos: «Si los extraterrestres nos visitan, el resultado sería mucho más parecido a cuando Colón desembarcó en América».
Carl Sagan, el gran divulgador científico recordado por la serie Cosmos, en su libro El mundo y sus demonios cuenta que desde pequeño sintió curiosidad por la posibilidad de vida extraterrestre. Pero que las pruebas de existencia de ovnis y las entrevistas a supuestos abducidos carecen de seriedad en el aspecto científico. “Sólo personas con mucha voluntad de “creer”, la prensa amarillista y pseudocientíficos abusivos de la mentalidad general dicen que estos fenómenos son ciertos”.
Sagan defendió la búsqueda de vida extraterrestre, pero desde una base científica, instando a utilizar radiotelescopios para identificar señales procedentes de formas de vida extraterrestres potencialmente inteligentes.
Curiosamente, gracias a este método que Sagan propuso, el 21 de diciembre pasado un grupo de astrónomos detectó una señal de radio, por ahora inexplicable, que parece proceder de las inmediaciones de la estrella más cercana al Sol, una enana roja a unos 4,2 años luz llamada Próxima Centauri.
Según explicaron los expertos, la misteriosa señal de 980 MHz apareció en una sola ocasión y no se repitió más. Se trata de un descubrimiento importante porque ningún satélite o nave terrestre emite ese tipo de señales.
La estrella Proxima Centauri ha sido objeto de una intensa observación por parte de los astrónomos. Se conoce que al menos dos planetas orbitan la estrella y uno de ellos podría ser templado y rocoso, como la Tierra.
Pero además de esta señal que llegó del espacio, otro científico da señales de una posible inteligencia sideral. El pasado 7 de enero de 2021 el físico Abraham ‘Avi’ Loeb, de la Universidad de Harvard, sostuvo que Oumuamua, el primer objeto interestelar observado por el hombre mientras cruzaba el Sistema Solar, no es una roca llegada de otras estrellas sino un inmenso objeto de origen artificial.
En su libro Extraterrestre: El primer signo de vida inteligente más allá de la Tierra, el prestigioso académico defiende la idea de que Oumuamua no es un asteroide común, sino que se trata del «primer signo de vida inteligente de origen extraterrestre», una teoría que el astrónomo presenta por primera vez al gran público.
Según Loeb, Oumuamua -que en hawaiano traduce ‘primer mensajero de otro mundo’-, no es un cometa porque no deja una estela, tampoco tiene la forma de un asteroide, ya que es alargado, un aspecto que no se había observado anteriormente en este tipo de cuerpos espaciales. Además, no tiene una órbita precisa y puede cambiar de velocidad, antecedentes que la ciencia aún intenta explicar.
Loeb asegura que ese objeto es en realidad una nave espacial extinta, que llevaba mucho tiempo sin funcionar, que cumplió su misión y sigue su viaje de forma inerte a través del espacio sideral.
Ahora bien, no solo los científicos han lanzado alertas sobre el posible hallazgo de vida inteligente en el espacio. Algunas agencias gubernamentales, que antes negaban cualquier clase de prueba sobre su posible existencia, ahora parecen retractarse.
La CIA, por ejemplo, desclasificó un enorme archivo relacionado con avistamientos de ovnis en los últimos 70 años, avivando la emoción entre los que quieren creer en los extraterrestres y la frustración de los que siguen queriendo encontrar la prueba reina, la que despeje toda duda.
La publicación se produce meses antes de que el Pentágono informara al Congreso todo lo que saben sobre UAP (Fenómenos Aéreos No Identificados, por sus siglas en inglés). John Greenewald Jr. pasó los últimos 20 años demandando a la CIA para que libere los registros. Ahora, luego de obtenerlos, ha escaneado todas las páginas en un sitio llamado The Black Vault.
Sumado a lo anterior, el pasado mes de octubre Haim Eshed, un exjefe del Programa de Seguridad de Israel, aseguró que los extraterrestres existen y que muchos terrícolas han estado en contacto con ellos a través de una «Federación Galáctica».
El exjefe de la División Espacial del Ministerio de Defensa, de 87 años, dijo que los extraterrestres llegaron a algunos acuerdos con Estados Unidos y que esta cooperación incluye una base subterránea secreta en Marte, donde residen algunos norteamericanos y alienígenas.
Eshed, en entrevista al periódico israelí Yediot Aharanot, insiste en que el expresidente Donald Trump los conoce y que estuvo «a punto» de revelar su existencia. Sin embargo, la «Federación Galáctica» supuestamente le impidió revelarlo, para evitar la histeria masiva y porque creen que la humanidad necesitaba “evolucionar y alcanzar una etapa en la que (…) entenderemos qué son el espacio y las naves espaciales”.
Haim Eshed le dijo a ese medio israelí que decidió revelar esta información ahora debido a que él es una figura muy respetada en el mundo académico. Con base en todos estos hechos, al parecer, pronto tendríamos noticias sobre vida inteligente en otras galaxias.
Por ahora, la famosa frase de “el gobierno niega tener conocimiento” ha cambiado a “el gobierno acepta tener conocimiento”.
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