Cientos de fotógrafos y camarógrafos de la prensa mundial, hace unos días en la alfombra roja del Festival de Cine de Cannes, captaron la imagen de la bandera de Palestina más cotizada de su historia. Lucida en el cuerpo de la estrella de cine Cate Blanchett bajo un diseño del modisto Haider Akerman, colombiano de nacimiento y francés de adopción, quien cortó y cosió bajo pedido de la casa Jean-Paul Gaultier el blanco, el verde y el negro, para que una vez la actriz desfilara por la pasarela del festival, los tres colores conformaran junto con el rojo de la alfombra. Esta bandera, que integra al cine de culto a una afamada actriz del cine mundial y a uno de los más granes diseñadores de alta costura universal, ha aparecido en todos los diarios, informativos de televisión y plataformas digitales del mundo y se ha convertido en una de las noticias más destacadas del panorama mundial.
Esta puesta en escena de la bandera del pueblo que está siendo sepultado por las bombas del Estado israelí, es el mensaje de solidaridad con más glamour que hasta ahora se ha desplegado en el mundo. ¡Israel ha perdido el relato!
Y cuando desaparece la justificación que llevan narrando al mundo entero para tapar los miles de crímenes de guerra contra la población palestina durante al menos siete décadas, el Estado agresor, ocupante y criminal, deja de ser mirado con comprensión por gran parte del mundo. El hecho de que en muchas universidades de Estados Unidos los estudiantes condenen a Israel como Estado terrorista y exijan parar las agresiones contra los palestinos, tomándose los campus y manifestándose en contra del parecer de las directivas de los centros de estudio y de las autoridades estadounidenses, ya grita sin complejos que Israel perdió el relato de pueblo perseguido para ser mirado por los ojos del mundo como lo que es: un Estado que ejerce el terrorismo contra la población indefensa de Palestina.
La Corte Penal Internacional (CPI), que jamás había solicitado juzgar a ningún amigo de los estados fuertes de Occidente, ha pedido que el primer ministro y el ministro de defensa de Israel sean juzgados por crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad por lo que están haciendo en Gaza desde hace ocho meses, derruyendo ciudades enteras, sepultando a miles de habitantes y a los sobrevivientes llevándolos a que mueran de hambre. ¡Israel ha perdido el relato y está perdiendo esta guerra, aunque siga causando miles de muertos más y se apodere de más territorios de Palestina!
Tras los juicios de Nüremberg, en los que se juzgaron a los nazis, entre otras cosas, por el genocidio contra el pueblo judío, hace 76 años, en 1948, ahora la CPI llama a los máximos jefes de Israel a rendir cuentas ante la justicia internacional. ¡Israel ha perdido el relato y sus líderes serán juzgados por crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad!
Nunca antes había sucedido esto: en el mismo día la alfombra roja más importante del mundo se solidariza con el pueblo de Palestina y la Corte Penal Internacional, integrada por 124 países miembros, solicita juzgar a dos israelíes por las atrocidades cometidas contra las personas de la sacrificada y olvidada Palestina.
¡Israel perdió el relato y también está perdiendo la guerra!
OLGA GAYÓN/Bruselas
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