El expresidente colombiano Ernesto Samper (1994-1998) aseguró que Latinoamérica “nunca había estado tan desintegrada” y “necesitado tanto la integración” como ahora. En coincidencia con el también exmandatario uruguayo José Mujica (2010-2015), llamó a “reconstruir la institucionalidad” del multilateralismo regional.
Así lo afirmó en rueda de prensa en la sede de la Asociación Latinoamericana de Integración (Aladi) en Montevideo, en su condición de encargado de presentar allá el Diplomado en Integración de América Latina y el Caribe de la Corporación Escenarios, el Banco de Desarrollo de América Latina-CAF y la Universidad Externado de Colombia.
Previo al acto, donde estaba anunciada la presencia de Mujica (quien finalmente no pudo asistir), Samper destacó el accionar del uruguayo “en el impulso de la integración” y resaltó la relevancia de encuentros como el del foro internacional llevado a cabo el martes anterior, para resolver las “grandes dificultades” que afectan la integración regional.
“Nunca habíamos estado tan desintegrados como ahora y nunca habíamos necesitado tanto la integración como en este momento”, dijo el también ex secretario general de la Unasur (2014-2017), quien coincidió con el secretario general de la Aladi, Sergio Abreu, en la urgencia de aterrizar los discursos integracionistas en acciones concretas.
A lo que Abreu dijo que en la Aladi -el organismo más antiguo de la integración regional, creado en 1980- “están todos los instrumentos” para aumentar un comercio intrarregional estancado por falta de acuerdos políticos, Samper dijo que hace falta reactivar la respuesta de asociaciones como la Unasur y el Mercosur.
“Falta primero reconstruir la institucionalidad. Lamentablemente los organismos que podrían avanzar en la integración, como es el caso de Unasur, de Mercosur o algunos de los procesos subregionales, están atravesando por unos momentos muy graves de dificultades”, subrayó.
En esa línea, apuntó que en marco del Foro Internacional Integración y Solidaridad Regional se propuso que además del Consenso de Brasilia “se requiere una respuesta muy rápida para que se reactiven mecanismos”.
“Como secretario general que fui de Unasur, me consta que es posible que convivan gobiernos de diferente signo ideológico alrededor de unos propósitos comunes como la paz, los derechos humanos, la democracia, la infraestructura, la tecnología de la información”, redondeó.
Asimismo, manifestó que la integración no puede ser reducida a “que se puedan mover los bienes y los servicios” sino también “las personas, los capitales, los datos, la tecnología o la infraestructura”, por lo que apostar sólo a concretar acuerdos comerciales no es la vía buscada.