La venganza de Analía y “Él”

Por GERMÁN AYALA OSORIO

Por estos días, dos series acaparan la atención de las audiencias en Colombia. Una es La Venganza de Analía, para televisión, y la otra Matarife, un genocida innombrable que circula en redes sociales. Dedicaré esta columna a la producción del Canal Caracol. Y lo haré con el propósito de exponer coincidencias y quizás similitudes que encuentro entre circunstancias y hechos reales y lo narrado en la serie, que deviene “ficcionada” o fantasiosa; por ejemplo, las  semejanzas que pueden existir entre Guillermo León Mejía (GLM), y el violador de la periodista Claudia Morales, a quien ella se refirió en su columna (Una defensa del silencio) como “Él”. Y claro, las que puede haber entre Morales y el (la) personaje de Analía Guerrero.

Guillermo León Mejía (GLM) en la serie quiere llegar a la Presidencia de Colombia. Es un hombre machista, misógino, violento, corrupto y asesino. Estas características pueden ser compartidas con el político de la vida real, conocido como “Él”.

Analía Guerrero y Claudia Morales comparten el haber padecido una violación. Foto tomada de Pulzo.com.

GLM representa con cierta precisión al político colombiano promedio. Es decir, aquel que logra acumular poder a través de actos de corrupción, prácticas clientelistas y comisión de crímenes; además, tranza y hace alianzas, guiado por un ethos mafioso, el mismo conjunto de valores y principios que muy seguramente ha guiado la vida de aquel que violó a la reconocida periodista.

Mejía es el símbolo de una sociedad decadente y escindida, que ha sido capaz de validar la indecencia y la simbiosis entre política y crimen. Mejía y “Él”, son temidos en Colombia.

GLM encarna la crisis de la Política que, para el caso de Colombia, deviene histórica y con apego al proyecto de la modernidad fundado sobre el triunfo de un Hombre (Macho cabrío) blanco, que asume a la Mujer como un instrumento o mero objeto sexual y reproductivo; y guarda un especial desprecio por los pobres. GLM y “Él” tienen en común que ambos violaron mujeres. El primero, a la madre de Ana Lucía Junca (Hoy Analía Guerrero) y el segundo, a Claudia Morales.

Ya es lugar común escuchar que en Colombia la realidad supera la ficción. En este platanal con bandera puede pasar cualquier cosa. Así es en la serie La Venganza de Analía: cualquier cosa puede pasar, aunque hay que reconocer que a estas alturas, ya el televidente sabe qué va a pasar. Y lo más probable es que GLM termine en la cárcel, pagando por sus delitos, pero en particular por la violación y asesinato de Darelis, la mamá de Analía. Lo contrario sucederá con “Él”, por cuanto Claudia Morales “no quiere dar a conocer el nombre de su agresor pues no se quiere exponer”.

Ahora bien, Analía Guerrero y Claudia Morales comparten el haber padecido una violación. La protagonista de la serie, en su madre, y Claudia en su propio cuerpo. Eso sí, comparten que los violadores son hombres poderosos. Al recordar lo dicho por la periodista en su ya citada columna y al unir la ficción de los hechos de la exitosa serie de Caracol con la realidad vivida por la periodista, se encuentran aterradoras coincidencias, que justifican los miedos que en su momento sintieron Analía y Claudia: “Ustedes lo oyen y lo ven todos los días y me parece que ya exponerme en este punto de la vida con un nombre, cuando ya en la historia que ha pasado no tengo tampoco ninguna prueba distinta a mi palabra, me parece que es un desgaste y además me parece que es peligroso” (Ver declaración).

Bueno, hay que hacer la salvedad de que en el caso de la serie televisada, Analía Guerrero trabaja en la recopilación de pruebas con miras a que  el violador de su mamá pueda ser procesado por la Justicia, y así vengar el crimen y la violación de su madre. Morales, por el contrario, abandonó esa posibilidad y derecho, cuando señaló: “Yo creo que es persona es capaz de muchas cosas, porque la vida que esa persona ha tenido ha demostrado que nada de lo que ocurra a su alrededor le puede hacer daño, que tiene todo el poder para poderse salir con la suya y yo sí creo que puede hacer mucho daño, yo soy mamá, yo tengo una niña de 8 años y no creo que una cosa que ya pasó hace tantos años valga la pena convertirla en algo que pueda exponerme a mí y a las personas que yo amo”.

Con diferencias y similitudes, tanto lo sucedido en los hechos representados y “novelados” en la serie La Venganza de Analía, como con lo informado y no denunciado por Claudia Morales, lo cierto es que el machismo en Colombia no solo arrastra la apuesta de dominación de género del proyecto moderno instaurado de manera violenta en este país, sino que sigue siendo el norte que guía al proyecto político conservador y anacrónico que hoy opera en este territorio. Por eso me pregunto: ¿estamos ante violadores seriales o series de violadores?

@germanayalaosor

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