Pablus Gallinazo es el nombre del documental de Dago García Producciones -de 85 minutos de duración- que llegará a las salas de cine el próximo 22 de septiembre. En este recuento su director, Alberto Gómez Peña, cuenta lo que significó grabarlo en medio de la pandemia y su importancia en la cinematografía nacional. A Pablus Gallinazo, hoy con 80 años de edad y quien vive en Piedecuesta (Santander), se le recuerda como el gran cantante, escritor y compositor de música de protesta que tuvo su esplendor en los años 70, no solo en Colombia sino en varios países de Suramérica.
Por ALBERTO GÓMEZ PEÑA
“Comencemos por decir que el documental hizo parte de la selección oficial del Festival de cine Latino de Nueva York, patrocinado por Warner Media. Es un gran mérito porque en Santander se hace muy poco cine.
En su realización contamos con la presencia de artistas de la talla de la bogotana Andrea Echeverry y el santandereano Edson Velandia. También Carlos Vives, quien afirma que gracias a Pablus cambió sus preferencias musicales para dedicarse a cantar vallenato. Pablus es el que le genera la reflexión, ha influido mucho en la gente.
Dago García llevaba años tratando de acercarse a Pablus para hacer un documental, hasta que lo logra, y empieza entonces la búsqueda de un director santandereano. Era diciembre de 2019 y yo estaba terminando una película de ficción, pero él me contacta y me habla de la idea, que me encantó. Así que comencé la elaboración del guion, y ya cuando estábamos a punto de grabar aparece la pandemia. Esto provoca una ruptura terrible, cierto desánimo en el equipo, porque la idea era que la película terminara con un gran concierto, con mucha gente.
Así que tocó pensar en otra perspectiva, y fue cuando dije vamos a hacer un videoclip. A mí siempre me han gustado el videoclip, esa es mi generación, la generación MTV, entonces traté de hacer un producto dentro de otro producto: la película es un producto, pero además hay un videoclip que se defiende por sí solo. Es una apuesta muy cinematográfica, inspirada en Jesucristo Superestrella, que es una de mis películas favoritas: el Jesucristo hippie y para mí Jesucristo es de Santander. Así que hablé con Edson Velandia y le dije “la película va a terminar con un videoclip, y yo quiero que usted sea Jesucristo”.
Nos fuimos para la Mesa los Santos a grabar en un cultivo de piñas, él caminando con una túnica rosada. Esa adaptación que hizo Edson es muy bonita. En forma paralela, Andrea Echeverri aparece en Bogotá, caminando por la Caracas junto al Transmilenio: dos personajes de dos mundos muy diferentes, pero con muchas similitudes ideológicas.
Pablus en esos días estaba por cumplir 80 años y yo le decía a todo el equipo: “lo peor que nos puede pasar es que nos hagamos famosos por matarlo”. Yo soy medio paranoico, sufrí un montón pensando que de pronto le pudiera dar el Covid, pero tomamos todas las precauciones posible. Pablus en ningún momento se enfermó.
Yo vengo de la ficción, que es como se le llama en el mundo del cine a todo lo que no es documental. Luis Ospina, un director que hace poco murió, hablaba de cómo, cuando uno hace ficción y se mueve al documental, la ficción se queda ahí como incrustada. Tal vez por eso este documental tiene estructura de ficción, y eso hace que la película sea entretenida para un público amplio.
En Cartagena tuvo un éxito impresionante, el Teatro Colón estaba lleno. Personas de todas las edades se conectaron porque es una película fácil de ver. Y espero que pase lo mismo en las salas de cine.
* Foto de portada, tomada de El Espectador
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