En un país de atentados,
ahora se los inventan
y en las cámaras lamentan
fingiendo estar asustados.
Parecen atribulados:
“fue un atentado probable
de este gobierno inestable,
del que exijo protección
para cumplir mi ilusión
de ser un presidenciable”.
Quisicosas del aval
El aval de los partidos
y el AVAL de don dinero,
ocupan puesto cimero
en los temas muy jodidos.
Ambos en tretas sumidos
con mañas y triquiñuelas,
de indecorosas escuelas
que luchan por el poder,
para al erario morder
con sus poderosas muelas.
Luego viene la escandola
de las coimas ofrecidas,
de las platas mal habidas
que les incendió la cola.
Todos se chutan la bola
escondiendo su refrito,
como si alguno solito
fuera el delincuente artero
que, por tulas de dinero,
estructuró ese delito.
Al final, hay unos sanos,
muy honorables, muy buenos,
con ambiciones sin frenos
y nosotros de marranos.
Ejemplares Colombianos
de Español y Portugués,
de la alcurnia gloria y pres,
que financiaron campañas
entre escandalosas mañas
de la perversa Odebrecht.
Hospital de campaña
Un condenado exalcalde,
de Cúcuta en la frontera,
con delincuencia procera,
hace del poder alarde.
Él, más temprano que tarde,
para dejar sus grilletes,
se armó de influencias y fuetes
para demandar favores
y a mediocres servidores,
volverlos sus alcahuetes.
Por eso, fingiendo males,
se internó en el sanatorio,
como parte del jolgorio
que evade los tribunales.
Los exámenes usuales,
en esa mañosa entraña,
solo evidenciaron maña
de bandido peligroso,
que, con festivo alborozo,
arma hospital de campaña.
ÑAPA:
Dos antiguos dirigentes
estuvieron por aquí,
en sus campañas urgentes,
y escuché decir las gentes:
“chao viejitos, los vi”.
@pedrojdelvalle