Aterrizó Benedetti en la Colombia Humana

Por GERMÁN AYALA OSORIO

El anuncio del senador Armando Benedetti de migrar a las toldas de Colombia Humana resulta sorpresivo y quizás polémico, por la imagen que arrastra el político barranquillero. Su llegada a las huestes del movimiento que lidera Gustavo Petro puede servir para mandar un mensaje de tranquilidad a círculos específicos de poder, tanto de la Costa Atlántica como de Bogotá, por ser Benedetti un político del Establecimiento, amigo de Uribe, de los Char y de Vargas Lleras, entre otros.  Es decir, al acercarse a Petro, Benedetti aportaría al debilitamiento  de los miedos que subsisten en una parte del empresariado que cree que al llegar a la Casa de Nariño la Colombia Humana, su líder llevaría al país por los caminos del estatismo que opera en Venezuela.  Digamos entonces que al darle la bienvenida al político barranquillero, el hijo de Ciénaga de Oro (Córdoba) estaría pensando en ese “servicio” que le prestaría Benedetti a sus aspiraciones presidenciales.

«No estamos ante una “conversión ideológica” del senador Benedetti». Foto tomada de Elespectador.com

A lo anterior se sumaría otro “servicio” que Benedetti podría prestarle a la campaña Petro presidente del 2022: experiencia electoral y simpatizantes en la Costa Atlántica. Dirán que Petro no necesitaría de este tipo de apoyos allá. Es posible, pero lo cierto es que Benedetti, al representar a la vieja política y a las prácticas clientelistas, podría aportar a la campaña de Petro.

Lo que sí debe quedar claro es que no estamos ante una “conversión ideológica” del senador Benedetti. No está girando a la izquierda, simplemente su decisión puede obedecer a cálculos políticos soportados en una realidad política: el creciente cansancio que se respira en torno a la figura de Uribe y de todo lo que rodea al exReo 1087985, incluyendo por supuesto a la clase política que lo viene acompañando de tiempo atrás.  Es posible que militantes de la centro-derecha, como Benedetti, estén pensando en migrar hacia la Colombia Humana, por la creciente simpatía que arrastra y que podría crecer para el 2022, cuando el electorado evalúe los desaciertos de Duque-Uribe y decida castigarlos en las urnas. Claro, si no le mete la mano a las elecciones la Registraduría.

En este punto no podemos olvidar que Benedetti acompañó el proyecto político del hijo de Salgar, lo que dilucida su carácter acomodaticio, que puede ser mal visto por quienes creen que el proyecto petrista debe estar alejado de prácticas clientelistas. Y lo cierto es que la práctica política en Colombia deviene acompañada de todo tipo de intereses, asociados por supuesto a los de aquellos que viven de la política. Y Benedetti, claramente, no ha estado en la vida pública para servirle a la política, sino para beneficiarse de esta.

Ahora bien, si el propósito es derrotar y ojalá enterrar -política y electoralmente- al Centro Democrático y a Uribe Vélez, el sorpresivo aterrizaje de Benedetti a la Colombia Humana debe asumirse con un hecho anclado a que las izquierdas y los progresistas están aprendiendo a actuar con pragmatismo. Eso sí, debe prepararse la Colombia Humana para la campaña de desprestigio que desde ya diseña el Centro Democrático, en función de lo que saben del actuar político-electoral del senador barranquillero.  De todas maneras, el aterrizaje en paracaídas de Benedetti dará mucho de qué hablar en los próximos días. Eso sí, sus efectos, positivos y negativos, se sentirán en el 2022. Por eso, quizás, el caballista y latifundista, Álvaro Uribe Vélez, dijo: «cuidado con el 22».

@germanayalaosor

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