Con la renuncia de Carlos Ramón González, jefe de la Dirección Nacional de Inteligencia (DNI), el gobierno del presidente Petro reconoce que efectivamente la corrupción permeó el manejo de los recursos públicos dentro de la UNGRD.
La compleja coyuntura generada por los escandalosos hechos de corrupción en la Unidad Nacional de Riesgo y la renuncia de González, gran amigo de Petro, puede mirarse de dos maneras: la primera, como un acto consecuente con lo expresado por el presidente cuando dijo que «en mi gobierno no se tolera la corrupción. Funcionario que llegue a robar, se va del gobierno» y por supuesto de transparencia del presidente Petro con el petrismo y la opinión pública en general. Y la segunda, como un efecto claro de que el ethos mafioso, esto es: las prácticas corruptas están tan enraizadas en el régimen de poder y en las relaciones Gobierno-Congreso, que es prácticamente imposible que haya un gobierno que no enfrente un escándalo de corrupción.
La segunda lectura es también una hipótesis que bien puede explicar lo sucedido con los pagos de las millonarias coimas a los presidentes del Senado y de la Cámara de Representantes, de acuerdo con lo dicho por los confesos corruptos, Olmedo López y Sneyder Pinilla y la ruta investigativa trazada por la propia Fiscalía.
Si aceptamos que efectivamente las relaciones entre el Congreso y los gobiernos de turno están permeadas por el ethos mafioso, entonces saltan varias preguntas: ¿El presidente Petro sabía, o todo fue a sus espaldas? ¿Olmedo cumplía órdenes de Carlos Ramón González? ¿Los millonarios recursos realmente se usaron para comprar las conciencias de los presidentes Name y Calle o simplemente sirvieron para devolverle a los contratistas los préstamos hechos a quienes aspiraron a ser congresistas y finalmente se hicieron a sus curules? ¿Si Name recibió los tres mil millones de pesos presuntamente para que apoyara los proyectos presentados por el Gobierno, por qué el presidente del Congreso engavetó iniciativas y torpedeó su trámite? No creo que se haya tratado de un vil engaño.
Al margen de las preguntas, lo que va quedando claro en este caso y en otros acaecidos en anteriores gobiernos es que la semilla de la corrupción germina en los partidos políticos, convertidos en los centros de operación donde se cuadran las coimas y la entrega de millonarios contratos para los financiadores de las campañas políticas de gobernadores, alcaldes y congresistas. El sistema político está permeado por mafias de contratistas y congresistas corruptos obligados a cumplir a un staff de mafiosos que son los que están al frente del régimen de poder.
Ahora bien, hay diferencias ético-políticas entre Petro y sus antecesores Uribe, Santos y Duque, al momento de asumir responsabilidades políticas en los casos de corrupción conocidos mediáticamente en sus administraciones. Recordemos las frases tristemente célebres dichas por los entonces mandatarios y el silencio de uno de ellos. Álvaro Uribe Vélez dijo en su momento: «Les voy a pedir a todos los congresistas que mientras no estén en la cárcel, voten nuestros proyectos de ley”. El cinismo que acompaña la expresión de Uribe Vélez es colosal. Entre tanto, Juan Manuel Santos Calderón expresó: «Me acabo de enterar», cuando se destapó lo de la financiación irregular o ilegal de su campaña presidencial.
Aunque quizás menos cínica que la de Uribe, la de Santos puede asumirse como una burla al país. En cuanto a Duque, los hechos de corrupción destapados durante su gobierno lo llevaron a guardar silencio por su evidente disartria asociada a su condición de títere. En particular, Duque no dijo nada frente al caso en el que estaría involucrada su señora madre que, según audios publicados, era conocida como la «madrina» y era quien manejaba y distribuía entre políticos amigos los recursos de la SAE.
Los cuatro gobiernos aquí señalados, todos prometieron luchar contra la corrupción. O estamos ante presidentes cínicos o simplemente testigos mudos e impotentes de un sistema político sucio y criminal, que los sostuvo en el poder gracias a que dejaron robar.
@germanayalaosor