Por HUMBERTO TOBÓN*
Quien esté hablando de competitividad no puede dejar de referirse a la calidad educativa, porque si lo hace está fundamentando sus conceptos sobre bases deleznables y con seguridad los resultados que obtendrá serán bastante pobres.
La educación de calidad es la sustancia que alimenta la competitividad. Sin embargo, esta verdad se deja al margen de manera permanente en los análisis y estudios de muchos de quienes lideran procesos competitivos, pues tienen la tendencia a pensar fundamentalmente en la importancia suprema de carreteras, puertos, maquinarias y operaciones logísticas.
Los países que han alcanzado un alto nivel de competitividad son aquellos que le han dedicado buena parte de los recursos económicos, tecnológicos, administrativos y políticos a fortalecer la educación, no solamente en los aspectos eminentemente académicos sino también en la formación de ciudadanía y de competencias básicas y habilidades blandas.
Ciudadanos más conscientes de su posición en la sociedad y de la forma como pueden contribuir al desarrollo, es lo que permite que los países puedan mejorar sus indicadores de competitividad y, además, fortalecer aceleradamente sus procesos de investigación, ciencia tecnología e innovación.
Desde hace un lustro en la región RAP Eje Cafetero se ha venido trabajando en acciones relacionadas con un plan de educación regional, que busca esencialmente mejorar la calidad de la educación, poniendo especial atención en la formación de los maestros, en la integralidad de los procesos de aprendizaje y en la transición segura de los diferentes ciclos académicos, además de la capacitación para la convivencia ciudadana.
Lo anterior, complementado con el fortalecimiento de la lectura crítica, de las habilidades matemáticas, del relacionamiento con el medio ambiente, de una educación desde la y para la ruralidad y el uso de nuevas tecnologías para mejorar el diálogo en las aulas y ayudar al aprendizaje.
En Colombia, el ejemplo de un Plan Regional de Educación sólo lo puede exhibir la región RAP Eje Cafetero, donde los equipos de planeamiento de la secretaría de educación certificadas son los que han liderado una iniciativa trascendental en el proceso formativo, con una abnegación digna de admiración, y que se espera siga siendo respaldada por el cuerpo docente, los directivos de las instituciones educativas y las familias.
La decisión recientemente adoptada por la gobernadora del Tolima, de lanzar un gran acuerdo social por la educación y adherir al Plan Regional de Educación, que vienen ejecutando siete secretarías en todo el territorio de la RAP Eje Cafetero, es la demostración de que hay interés gubernamental por darle un espacio a la educación en las prioridades de los planes de desarrollo y de la inversión pública.
@humbertotobon
* Gerente RAP Eje Cafetero
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