Conozca el “mamerto” que según María Isabel Rueda es el gurú de Petro

Por IVÁN GALLO*

En una columna escrita apresuradamente, María Isabel Rueda atribuye al filósofo italiano Antonio Negri una desmesurada influencia en el pensamiento de Gustavo Petro. Confiando excesivamente en su memoria, ni siquiera verificó en Google el nombre real de Negri, a quien llama cariñosamente “Dani”. Según ella, Petro se basa en un ensayo titulado “Poder constituyente” para evitar al Congreso y dar un autogolpe, como prefigura buena parte de la derecha.

Rueda sostiene que la táctica de Petro sería la de convocar a comunidades, estudiantes y trabajadores mediante asambleas barriales y veredales para aprobar sus proyectos, dado que el Congreso no le ha brindado apoyo. Aunque el presidente sí admira la obra de Negri, María Isabel no tiene conocimiento profundo al respecto. Entre 2010 y 2012, Petro mencionó a Negri al menos 25 veces en Twitter. Durante su alcaldía en Bogotá, lo invitó a dar una charla en la capital y tuvieron varios encuentros privados. Cuando Negri murió en París en noviembre de 2023, a los 93 años, Petro publicó en Twitter: “Ha muerto Toni Negri, filósofo italiano. Muchas de sus teorías alrededor del concepto de ‘multitud’ fueron aplicadas por mí en la configuración de los programas de Bogotá y Colombia Humana. Se va un pensador profundo”.

Negri se hizo conocido en la década de los 70. Catedrático de teoría del Estado en la Universidad de Padua, fue un protagonista clave de iniciativas como Poder Obrero, que cuestionaba la participación de los trabajadores en fábricas mecanizadas. Por esto, fue encarcelado y acusado de terrorista. Sus ideas, plasmadas en libros como “Imperio” y “Multitud”, inspiraron movimientos ciudadanos en la Italia de los 90 y levantamientos como el de Bolonia, así como el resurgir de fenómenos anti-globalización en Europa a principios del siglo. En la obra Multitud, Negri y Michael Hardt, de la Universidad de Duke, mostraban cómo surgía una nueva clase global que reclamaba una democracia de multitud.

Negri explicó en numerosos seminarios la importancia de la voz ciudadana en las calles. Nunca empuñó un arma, pero afirmó poéticamente: “Cuando me pongo el pasamontañas, siento el calor de la lucha obrera”. Fue detenido en 1977, acusado de terrorista, y liberado en 1984 tras ser invitado a lanzarse como parlamentario. Desconfiado, huyó a París, donde el gobierno progresista de François Mitterrand lo acogió. Allí se convirtió en uno de los profesores más reconocidos de los años 80 y publicó obras polémicas como “Spinoza subversivo” o “Imperio”.

Negri murió en París a finales de 2023. No quiso regresar a Italia, un país que veía manejado por un nuevo fascismo encarnado en Giorgia Meloni. Su gobierno siempre consideró a Negri un mal profesor, culpándolo de la muerte de muchos estudiantes que salieron a protestar.

Aunque hay puntos en común entre Petro y Negri, especialmente en la fuerza que da la calle, Petro fue más un discípulo de Negri a principios de la década pasada. Como presidente, Petro necesita desarrollar más el capital. Fabián Acosta, profesor del departamento de Ciencia Política de la Universidad Nacional y conocedor del pensamiento de Negri, en entrevista con La Silla Vacía, no cree que Petro pueda ser influenciado significativamente por la obra del italiano: “La hegemonía narrativa del discurso ultraliberal ha vuelto difícil y hasta políticamente inconveniente discutir los temas relativos al anticapitalismo. Y Petro no es una excepción en este aspecto”

Respecto al polémico poder constituyente, esto no es otra cosa que esa ciudadanía activa que sale a la calle y expresa en forma vehemente una necesidad de cambio o inclusión, y que en democracia debería ser escuchada. En esa lógica, muchas veces en el mundo ha sido el poder constituyente el que ha impulsado cambios, desde la lucha por los derechos civiles en Estados Unidos, el voto de las mujeres y nuestra séptima papeleta que llevó a la constitución de 1991 son muestras de. Otro tanto en Colombia lo han sido el movimiento por la paz o el movimiento agrario.

Es decir, el llamado de Petro al poder constituyente es a su base social en las calles. Para que esto llegue a cambiar una constitución, tendría que pasar todos los pasos contemplados en la ley, a no ser que el presidente tuviera la capacidad política de convocar los millones de votos que se requieren para un referendo, además con un llamado al cambio que aún no tiene contenido. La narrativa de Rueda, donde las asambleas populares aprobarían su reforma, no pasa una sencilla revisión jurídica. Es mentira.

Relacionar a Petro y su idea de Constituyente con el pensamiento de Negri puede parecer rebuscado. Petro está más cercano a pensadores contemporáneos como Mariana Mazzucato o Thomas Piketty. El pensamiento evoluciona, al igual que las necesidades de los países. Pero por enésima vez: no se está convocando a ninguna asamblea constituyente, por más pánico que se intente sembrar. 

@IvanGallo78

* Tomado de Pares.com.co

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