Cuba ha sido aliado de la paz en Colombia

Por LUIS EDUARDO CELIS

Cuba es noticia en estas semanas por sus avances en el desarrollo de cuatro vacunas contra el Covid-19. Esto demuestra que su reto de ser un país con capacidades en biotecnología ha dado sus buenos frutos, comprobados hace más de dos décadas en el desarrollo de fármacos vitales para el tratamiento de diversidad de enfermedades. Además, ha fortalecido la imagen de Cuba como una potencia en temas de salud. Hoy hay en más de 40 países cerca de 40 mil trabajadores cubanos de la salud apoyando programas sanitarios, en comunidades vulnerables y en zonas apartadas de los principales centros de esos países.

El presidente Iván Duque ha puesto unas exigencias sensatas al ELN, pero no son efectivas frente a unos protocolos afincados en la bilateralidad.

En Colombia, la noticia no ha sido tanto los desarrollos y las buenas perspectivas de las vacunas cubanas. El debate público ha estado centrado en el papel de Cuba en nuestros temas de paz, de manera específica en su desempeño frente a las negociaciones con el ELN.

Un poco de historia: Cuba ha estado comprometida con los esfuerzos para superar el conflicto armado en Colombia, hay suficiente evidencia de ello en las últimas tres décadas. La más reciente fue que en su territorio se desarrollaron las complejas negociaciones del gobierno de Juan Manuel Santos y las FARC. Cuba no solo fue sede segura y tranquila para que las dos delegaciones trabajaran, sino que en momentos de dificultad fue discreto y efectivo facilitador para que las partes encontraran un camino común. Tarea realizada junto a la diplomacia Noruega, sin la cual esas negociaciones no hubieran llegado a buen término, al lograr la desmovilización de una enorme organización que demostró con creces su capacidad de hacer daños y afectar a la fuerza pública. Recordemos que entre 1998 y 2008 el promedio de muertos de la fuerza pública llegaba a 500 por año y los heridos al triple. Esto fue superado.

En Cuba se han desarrollado tres procesos entre gobiernos de Colombia y el ELN: durante el de Andrés Pastrana fueron varías las reuniones entre el comisionado Camilo Gómez y dirigentes del ELN. Allí se dio a principios de 2002 una cumbre de paz, donde participaron más de 40 dirigentes políticos, gremiales, y la Iglesia Católica. Y contó con el acompañamiento del presidente Fidel Castro, quien se aplicó de manera personal a promover un acuerdo de paz que involucrara al ELN.

En el gobierno de Álvaro Uribe se instaló en La Habana un proceso de diálogos y negociaciones, en diciembre del 2005. En esa ocasión el arranque estuvo acompañado por nuestro Nobel de Paz, Gabriel García Márquez, quien siempre se mantuvo como buen amigo de Cuba y plenamente comprometido con una Colombia en paz. Las negociaciones entre el Gobierno Uribe y el ELN incluyeron ocho rondas de conversaciones y naufragaron en 2007, en medio de las duras controversias entre el presidente Uribe y el presidente Chávez, tema del cual falta escribir con más rigor y detalle.

Durante el gobierno de Juan Manuel Santos la diplomacia cubana también ayudó en la fase secreta, durante la cual se construyó la agenda. De hecho, el hoy embajador de Cuba en Colombia, José Luis Ponce Caraballo, estuvo comprometido en ese acompañamiento, donde hubo serios obstáculos para avanzar, pero nuevamente la diplomacia Cubana y Noruega contribuyeron a saltar sobre las dificultades.

En abril de 2018, cuando el presidente Lenin Moreno del Ecuador les pidió a las dos delegaciones (Gobierno y ELN) que salieran del país porque ya no eran bienvenidos en su territorio -a raíz de los trágicos hechos en que fueron asesinados dos periodistas y un conductor en territorio colombiano- fue Cuba por solicitud de Santos y la dirigencia del ELN el país que los recibió para continuar allí el proceso de diálogos.

El gobierno del presidente Iván Duque ha colocado unas exigencias sensatas al ELN, pero no han logrado ser efectivas para tratar con una organización afincada en la bilateralidad. Sea como fuere, lo cierto es que el conflicto ha continuado, para sufrimiento de las comunidades y de las personas que pierden la vida en él, tanto civiles como contendientes.

La administración de Donald Trump, como última hostilidad antes de su partida, incluyó a Cuba en la lista de países patrocinadores del terrorismo, alegando la permanencia de una delegación del ELN en territorio Cubano tras la negativa de Cuba de extraditarlos como lo ha solicitado el gobierno Duque, luego de un ataque de esa agrupación a la Escuela de Policía General Santander. Hecho condenable de un conflicto no resuelto, pero ante la tragedia la respuesta no puede ser la violación a compromisos internacionales adquiridos, que el gobierno Duque desconoce y que Cuba, con el respaldo de Noruega y Alemania, respaldan en su aplicación.

Otros hechos han saltado en la agenda mediática esta semana: la información por parte del embajador Ponce Caraballo al gobierno colombiano de un presunto ataque militar del ELN en Bogotá, y la permanencia del máximo comandante del ELN, Nicolás Rodríguez Bautista en Cuba. Sobre estos hechos nuevamente el gobierno colombiano ha tratado de manera hostil a Cuba.

Esperamos que la administración Biden vuelva al carril de la cooperación y el diálogo útil con Cuba. En Colombia, digámosle a Cuba que nuestra sociedad anhela la paz, y en tal medida le estamos agradecidos por sus esfuerzos en busca de la reconciliación nacional.

@luchoceliscnai

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