De nacionalidad extranjera

Por PUNO ARDILA

La delincuencia es un problema que afecta a muchas regiones de Colombia; también a Santander, por supuesto; pero la información policial dice continuamente que protagonistas de atracos y delitos, que llegan a ser detenidos o no, son «de nacionalidad extranjera». ¿A qué se refiere la expresión «de nacionalidad extranjera»? ¿Será acaso una manera eufemística de presumir en fuentes oficiales que se da información completa? O será miedo a ser señalados, como Claudia López, de xenófobos, expresamente contra ciudadanos venezolanos, que vinieron a buscar fortuna. Es decir, a buscar la fortuna que se guarda en bolsillos ajenos.

Sí, porque ella dijo que los venezolanos eran bienvenidos, pero que si vienen a cometer delitos debe también caerles todo el peso de la ley. Y pareciera que estamos viendo que lo que ella dijo está mal, y lo que ellos están haciendo está bien, así que en nuestras calles vemos cómo está llegando la moda de irrespetar toda norma de tránsito y cometer cualquier falta, o delito, o crimen, con el amparo de ser «de nacionalidad extranjera».

La delincuencia no es exclusiva de un grupo social o étnico en particular; no se trata de estigmatizar. Puedo dar fe de venezolanos honestos, trabajadores, buenos músicos (¡excelentes músicos!), solidarios y amables, que han migrado en busca de mejor calidad de vida. Pero que el aumento de delitos y de infracciones viales tenga como protagonistas a venezolanos exige respuestas inmediatas de nuestras autoridades.

Los migrantes pueden cometer delitos por varias causas, como falta de empleo o necesidad de alimentar a sus familias. Muchas veces, sin duda, pueden cometerse “delitos de desesperación”; pero hemos sabido que agreden y roban a quien les brinda comida, techo, trabajo. ¿Habrá que sumar a esas “causas” la maña? Es decir, ¿que ese haya sido su modo de subsistencia, y se vinieron a Colombia a seguir con la costumbre?

Como dice un amigo, «bueno es recordarlo: cuando la situación fue la contraria y el éxodo era de colombianos a Venezuela, lo que sucedió fue exactamente lo contrario, ¡que [los colombianos] eran buscados por ser muy buenos trabajadores!». Pero, además, no se tenía consideración alguna si nuestros paisanos eran encontrados por ahí, especialmente por miembros de la PTJ, que los embarcaban en lo que fuera, y luego los dejaban en el puente internacional, entre San Antonio y Cúcuta, en pantaloneta y chancletas, y así debían buscarse la forma de regresar a su pueblo natal, mendigando y aguantando, porque así como los encontraban, así los mandaban, y todas sus pertenencias tuvieron que quedarse allá; porque, contrario a lo que estamos viendo, los colombianos (en general, claro) se iban a Venezuela a trabajar.

Así que, emulando a Claudia López, bienvenidos todos nuestros hermanos venezolanos a esta, que también será su patria; pero en paz y dentro del cumplimiento de las leyes y las normas de convivencia. Si no es posible de esta manera, deben devolverse por donde vinieron.

@PunoArdila

(Ampliado de Vanguardia)

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