Ya se acaba el primer mes
de este nuevo año bisiesto,
que en lo que va manifiesto,
tendrá tendencia al revés.
En paqueticos de a tres
preocupan las altas Cortes,
pierden sedes los deportes,
el agua se pone esquiva
y, viajando a la deriva,
despilfarran las consortes.
DÉFICIT
Uno que va de salida
con la vanidad a cuestas,
quiere doblar las apuestas
de importancia presumida.
No acepta que está en caída;
de las críticas se ufana;
al jefe ofende con gana
y aspira a candidatura,
para acabar la impostura
“como se le dé la gana”.
¿Ya todos saben quién es?
El más sabio, el superior,
amo del convento, el prior,
paradigma de honradez,
de eficiente gloria y prez.
A quien, para ser preciso,
y contundente y conciso:
lo bautizaron Francisco.
Pero viendo actuar al pisco,
debió llamarse Narciso.
Su figura es prominente,
a la altura de su ego.
En leyes resultó lego;
solo es brillante su frente.
Digamos, líder ausente.
Del alfabeto es el alfa,
el que los huevos escalfa,
el que nos da seco y pan,
porque, además de Instagram,
tiene face, wi-fi y Walfa.
Ahora será el candidato
preclaro a la presidencia,
sin que acepte la advertencia
de parecer turulato.
De consciencia no hay reato,
distante está la moral,
y se cree tan sinigual,
que alardea presumido
que, en el tiempo transcurrido,
hubo DÉFICIT FISCAL.
@pedrojdelvalle