Por GERMAN AYALA OSORIO
Habría que decir que no hubo debate. Lo que hubo fue una encerrona, casi una emboscada contra el candidato Gustavo Petro, con la participación activa de sus contradictores Sergio Fajardo y Federico Gutiérrez. Y la fajina se dio gracias a los periodistas conductores del malogrado debate. En particular estafeta Néstor Morales, cuñado del presidente Iván Duque y enemigo acérrimo de Petro.
Como en todos los debates entre los candidatos presidenciales, hubo ganadores y perdedores. Miremos entonces quiénes ganaron y quiénes perdieron en el “debate” organizado por el canal Caracol.
Los perdedores
Perdieron el periodismo y los periodistas en general. Gracias a la animadversión que profesa Néstor Morales contra Gustavo Petro, al manido formato de hacer preguntas infantiles y al manejo dado al “debate”, tanto el oficio como los periodistas en su conjunto quedaron mal. El protagonismo de los presentadores-periodistas y sus egos, le restaron seriedad y ecuanimidad al ejercicio. Por momentos se sintió que Petro se enfrentaba a tres contendores: Fajardo, Gutiérrez y Néstor Morales. No han entendido los periodistas que los protagonistas son los candidatos y no ellos.
En el #DebateFinal el mandadero del régimen, Néstor Morales se llevó el protagonismo. No solo tergiversó lo dicho por Petro, sino que dejó ver en su rostro, la rabia que siente hacia el candidato del Pacto Histórico. Quedó muy mal cuando fue corregido por quien lidera las encuestas. Y perdió el canal Caracol al organizar un debate que salió mal, como diría el defensor del Pueblo.
Perdieron Fajardo y Gutiérrez. Nuevamente delataron su falta de ideas propias para manejar el país. No escatimaron oportunidad para atacar a Petro y desvirtuar las propuestas del candidato nacido en Ciénaga de Oro. En uno de los pasajes del “debate”, Fajardo expresó su molestia porque sentía que estaba asistiendo a una clase magistral de Gustavo Petro. El comentario lo hizo no solo por el tiempo dado a este para que respondiera los ataques y las preguntas, sino por la calidad misma de las explicaciones.
Por el lado de Gutiérrez, hay que decir que dejó entrever una vez más su notoria dificultad para articular un discurso coherente. El candidato del gobierno de Iván Duque depende de lo que al parecer le soplan a su tablet o al celular.
Los ganadores
Aunque Petro se defendió bien, su victoria en el remedo de debate fue ensuciada por la mala leche de Néstor Morales y los ataques de Gutiérrez y Fajardo. Hay que decir que, por momentos, cuando dejó de preocuparse por lo que decía Petro, Sergio Fajardo pudo hilar algunas ideas. Entre tanto, el candidato del uribismo consolidó la representación social negativa que sobre él ya tienen millones de colombianos: Gutiérrez no tiene la altura intelectual para debatir y mucho menos para manejar con responsabilidad el Estado. Su pobreza discursiva es tal magnitud, que los sectores políticos que lo apoyaron al inicio de la campaña decidieron mirar hacia las huestes de Rodolfo Hernández, un lenguaraz y patán que tampoco exhibe propuestas claras, pero sí es capaz de “meterle un tiro, malparido”. El ingeniero Hernández es la versión más peligrosa y vulgar de Uribe Vélez.
Ganó el canal por el rating, pero perdió por permitir que el cuñado del presidente de la República participara de la gavilla en la que terminó lo que debió ser una verdadera confrontación de ideas y programas. El único programa que se discutió fue el de Petro. Las dudas en torno a la inviabilidad de las consignas y propuestas allí contenidas no fueron expuestas de la mejor manera ni por Fajardo, y mucho menos por “Fico” Gutiérrez.
Al final no hubo debate, lo que hubo fue una encerrona mediática y política contra Gustavo Francisco Petro Urrego. A decir verdad, fue un #AtaqueFinal contra quien tiene contra las cuerdas al régimen de poder. Es decir, al uribismo.
@germanayalaosor