Por JORGE SENIOR
Una rebanada de 57 segundos cortada de un video de 57 minutos le permitió a la revista Semana orquestar las bodegas tuiteras antipetristas para atacar al presidente de la República siguiendo el guion que han mantenido en los últimos meses para ambientar un golpe blando en Colombia. Esto sucedió el viernes 16 de junio en las redes sociales, viralizando el video recortado.
Pero lo más notorio es la facilidad con la cual muerden el anzuelo figuras que se suponen de altos kilates intelectuales, como Moisés Wasserman, Rudolf Hommes o Juan Camilo Restrepo. Aunque estos veteranos se precian de tener pensamiento crítico, pelaron el cobre, pues se apresuraron a unirse al coro del ataque sin siquiera escuchar el discurso completo ni hacer el mínimo esfuerzo de comprensión del contenido descontextualizado.
Wasserman, por ejemplo, con una alusión medio humorística insinuó que Petro necesita un psiquiatra. Que lo que afirmó en Berlín es una locura. Pero, como vamos a ver más adelante, las afirmaciones históricas de Petro sobre los hechos de 1989 y años subsiguientes y sus consecuencias, fueron correctas. De locura, nada. Más bien a Wasserman se le devuelve su acusación, pues de psiquiatra está uno cuando la animadversión le obnubila el juicio racional.
Esos comentaristas ilustrados ni siquiera han sido capaces de notar que el supuesto “escándalo” de un presidente colombiano dizque “lamentando” la caída del muro de Berlín en pleno Berlín, únicamente ha escandalizado a los tuiteros antipetristas en Colombia, pero no ha generado ninguna reacción negativa en Alemania, que se supone serían los ofendidos. Ningún comunicado de la FES, ninguna reacción de la cancillería alemana, ninguna nota de la DW. Ese sólo hecho debería poner alerta a cualquier ser racional. Nos están vendiendo un imaginario rollo diplomático donde no hubo nada.
La conferencia de Petro tuvo lugar el jueves 15 de junio en la sede de la Fundación Friedrich Ebert (FES) en Berlín. El discurso que las bodegas han tergiversado para mostrarlo como una expresión de rancio comunismo nostálgico, fue en realidad un discurso socialdemócrata en un escenario socialdemócrata ante un público socialdemócrata. Eso hay que tenerlo claro para entender algunas referencias históricas del conferencista. Desde el inicio de la charla el dirigente colombiano manifestó sentirse “en casa”, pues ya son varias las ocasiones en que ha visitado ese escenario desde los tiempos en que militaba en el Polo Democrático Alternativo.
Los famosos 57 segundos que han viralizado se encuentran en los primeros 5 minutos de la charla que duraría casi una hora. En ese cuarto minuto Petro se refiere a la “noche neoliberal” o “neoconservadora” que ha dominado al mundo en las últimas “3 o 4 décadas”. Y añade: “fundamentalmente a partir de este lugar geográfico, del derribo del muro de Berlín”. Continúa diciendo que “el derribo del muro de Berlín trajo una oleada neoconservadora, una destrucción del movimiento obrero a escala mundial, un debilitamiento formidable y una pérdida de valores de izquierda, quizás las luchas se libraban más en el terreno de la cultura que alrededor del poder político y en ese terreno cultural sí que se tranformó la humanidad en un sentido neoliberal”.
Todo lo dicho es correcto, aunque más complejo. Petro está describiendo los hechos de los años 90 cuando se impone la hegemonía neoliberal, a pesar de no mencionar directamente al consenso de Washington. La manipulación de las bodegas y algunos medios colombianos empieza con la titulación de ese extracto de la conferencia: “Petro lamenta la caída del muro de Berlín”. La palabra “lamenta” es invención pura de los bodegueros para inducir al que escucha y tergiversar el sentido.
A partir de ahí las bodegas se desatan a decir todo tipo de mentiras que nada tienen que ver con el contenido de la conferencia, acusando a Petro de ser un comunista nostálgico de “la cortina de hierro”, un admirador del modelo soviético o un defensor del régimen de la RDA y su famosa policía estatal, contrastando con las imágenes multitudinarias de la tumbada del muro o con películas posteriores que recrearon aquel proceso de 1989-1990 y la fusión de las dos alemanias.
Si fuesen honestos y escucharan la charla atentamente, se encontrarían con que Petro califica de totalitario y carente de libertades al régimen de la RDA anterior al derribo del muro, y al derrumbe del bloque soviético lo considera “el flujo de la historia” y sí que se refiere a los momentos de optimismo y alegría multitudinaria del pueblo alemán durante los meses de 1989 y 1990 en que sucedieron los acontecimientos. En ningún momento el conferencista elogia la situación anterior a 1989, no hay nostalgia alguna en sus apreciaciones. Lo que si hay es un llamado de atención sobre los sucesos posteriores que evidenciaron que no había tal “fin de la historia” en expresión de Fukuyama. Lo que siguió fue guerra en los balcanes en el propio continente europeo (como ahora en Ucrania), guerras en el cercano oriente, hegemonía neoliberal con el consiguiente aumento de la desigualdad y el individualismo, crisis climática. El optimismo de 1990 fue flor de un día.
En realidad, el eje de la conferencia fue el cambio climático, de lo cual ni siquiera hablan los bodegueros. El cambio climático antropogénico está asociado al desarrollo del capitalismo y el capitalismo atraviesa una nueva etapa desde 1980 que se traduce en un nuevo orden mundial desde 1990, de ahí que Petro haga ese recuento histórico. Esto lo estudia muy bien Thomas Piketty en El capital en el siglo XXI y Fernando Escalante en Historia mínima del neoliberalismo. En estas columnas también hemos abordado ese recorrido histórico, por ejemplo, aquí. Al respecto tengo una conferencia en Youtube que los invito a observar en este enlace y lleva por título 1980, el año en que todo cambió.
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