Por DIEGO OTERO PRADA
Personajes del gobierno, sus acólitos y analistas supuestamente progresistas afirman que el paro fracasó.
Primero, el paro no pudo haber fracasado porque no ha terminado. Lo que se ha dado es un respiro para acumular fuerzas, organizarse y esperar el segundo semestre cuando estén abiertos colegios, tecnológicos y universidades, y que el clima sea más favorable.
Millones de colombianos se manifestaron como nunca en toda la historia de Colombia, con protestas en 800 municipios, miles de miles de actos, multitud de foros y enfrentamientos con las fuerzas represivas. Esto es un éxito rotundo. Además del Comité Nacional del Paro existen cerca de 360 comités de paro regionales, algo nunca visto, integrados por organizaciones sociales de todo tipo.
Por otra parte, se lograron los siguientes triunfos:
- Se derrotó la reforma tributaria.
- Se derrotó la reforma a la salud.
- Renunció el ministro de Hacienda.
- Renunció la canciller Claudia Blum.
- El gobierno se obligó a implementar la matrícula cero para los estratos 1, 2 y 3.
- Se bloqueó la compra de 23 aviones K-Fir israelitas.
- Se desprestigió el gobierno de Iván Duque.
*Las protestas mostraron una crítica total al modelo neoliberal y al sistema actual colombiano. - El gobierno se obligó a recibir la Comisión Interamericana de Derechos Humanos-CIDH.
*Quedó claro el carácter represivo del gobierno de Duque-Uribe.
*Los partidos de la derecha han quedado heridos a muerte. - Quedó en evidencia ante el mundo el régimen fascista que hay en Colombia.
Lo afirmé en esta columna de mayo: lo que hubo fue una insurrección popular en la que participaron todas las clases explotadas, desde obreros, jóvenes, mujeres, campesinos, indígenas, minorías sexuales, artistas, intelectuales, profesionales y clases medias, con un rechazo total al sistema neoliberal, a las clases dominantes, a la justicia, a los políticos corruptos y clientelistas, a los medios de comunicación y a las instituciones políticas.
Han aparecido nuevas formas organizativas como la primera, segunda y tercera líneas, los cabildos abiertos, las asambleas populares, multitud de foros y artículos, y una profusión de redes sociales que han servido de fuerte contrapeso a los medios de comunicación del sistema, como El Tiempo, El Espectador, El Colombiano, El País, Caracol, RCN, CM& y otros.
Si todo esto es un fracaso, es ir contra la inteligencia. El régimen está muy herido y no tendrá descaso en el segundo semestre. Yo lo veo, como decía Lenin, en ocasiones hay que dar un paso atrás para dar después dos pasos adelante.